Guerra de papás

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

La comedia familiar según la factoría Ferrell/McKay.

Hijos nuestros
Brad Whitaker soñó toda su vida con ser un amoroso padre de familia. Desgraciadamente, por un pequeño incidente en el dentista (si, ¡en el dentista!) no puede engendrar hijos propios. Pero la vida lo cruzó en el camino de la fabulosa Sara y sus pequeños, quienes a pesar de resistirse en un comienzo, terminan por aceptarlo como su papá del corazón. Esto es hasta que aparece en escena Dusty, el padre biológico de las criaturas y ex esposo de Sara. Dusty es la antítesis de Brad, un hombre rudo y sin ataduras, con un envidiable estado físico, que vive la vida a su manera y no está dispuesto a perder a sus hijos en manos de un hombre que no puede contener el llanto y la emoción cuando los chicos le piden un consejo o se acercan con sus problemas. Este temor de perder el efecto de las criaturas lleva a Dusty y Brad a una guerra de papás que escalará a niveles sin sentido, pero asegura una buena cantidad de risas y carcajadas en el camino.

Will Ferrell y Mark Wahlberg vuelven a unir fuerzas en una comedia luego de la genialidad que fue The Other Guys, de Adam McKay (también director de Anchorman), que inexplicablemente nunca pasara por los cines de Argentina. Ahora con un propuesta distinta, pero de nuevo poniendo el foco en la pareja dispareja que componen, esta vez no como policías de la ciudad de Nueva York, sino que como simples padres de familia que compiten por el amor de sus chicos. Aunque la idea suena digna a una clásica comedia familiar de Disney, la película no lo es. Hay que darle crédito a su director Sean Anders, (co-guionista junto a John Morris y Brian Burns) quien se anima a ir un poco más allá de los convencionalismos del género, alcanzando momentos en los que seguramente los más pequeños quedarán afuera, pero que funcionarán a la perfección con un público más adulto. Si son seguidores de las comedias de Will Farrell, para hacerse una idea imaginen que Guerra de Papás está algo más cerca de Step Brother que de Kicking & Screaming. Pero pesar de sus momentos en off-side esperables en toda producción de Farrell y McKay (a través de su productora Gary Sanchez), nunca olvidamos que estamos en presencia de una comedia familiar, que si bien nunca se toma en serio, cuando llega el momento de hacerlo tampoco falla, llegando sin sobresaltos a un resultado esperado por todos, pero manteniendo la dignidad de no haber recurrido a sentimentalismos baratos para alcanzarlo.

Ferrell y Wahlberg ya demostraron su buena química juntos y la película no hace más que sacar buen provecho de eso. Pero muchos de los mejores momentos, o por lo menos varios de los más graciosos y efectivos, llegan con personajes secundarios como los interpretados por Hannibal Buress o Bobby Cannavale, pero en especial Thomas Haden Church, en un papel que bien podría ser de lo mejor que tiene para ofrecer la película. En el rol de Sara, esposa de Brad y ex de Dusty, encontraremos a la actriz de la mítica Freaks and Greeks Linda Cardellini, quien no tiene demasiado para hacer y, si vieron la serie recién mencionada, entenderán que es un verdadero desperdicio de talento.

Conclusión
Sin brillar, pero lo que es más importante sin aburrir y sin momentos forzados, Guerra de Papás es una comedia logra destacarse en la difícil tarea de hacer reír. A buenos trabajos de Will Ferrell y Mark Wahlberg se suma una divertidísima labor secundaria de Thomas Haden Church, que junto con un guión convincente y sin demasiadas pretensiones, nos terminan dando como resultado una película para disfrutar en familia y no arrepentirse en el intento.