Súper Brad al rescate
Por causas que nunca llegan a establecerse, el planeta entero es asolado por legiones de zombies hambrientos que infectan instantáneamente a quienes muerden. Un ex agente norteamericano intentará combatir a esta plaga que jaquea la existencia de la especie humana.
El director de origen alemán Marc Forster tiene en su filmografía uno de los títulos de la serie de James Bond: "Quantum of Solace". Por eso no debe extrañar que en algunas de las secuencias de este filme, el protagonista (a cargo del siempre eficaz Brad Pitt) salga casi indemne de situaciones que al común de los mortales le costarían muy caro, en sintonía con el indestructible agente 007. Pero es el tipo de convenciones que el espectador sabe que tiene que aceptar si paga la entrada para ver este género de filmes. Aceptado esto, la película se convierte en un entretenimiento genuino a lo largo de más de una hora y media de proyección. En un comienzo deliberadamente lento, casi como en la calma que precede a las tempestades, el director muestra al protagonista y a su familia en una escena hogareña cotidiana para ponerlos casi en seguida cara a cara con la tragedia: los zombies se multiplican fuera de control en Filadelfia (después, los personajes y el público se enterarán de que lo mismo pasa en todo el planeta) y atacan a los humanos, quienes inmediatamente se convierten en nuevos zombies hambrientos en busca de víctimas.
La idea no es otra cosa que una excusa para poner al protagonista en situación de verse obligado a buscar una solución al problema, para lo cual debe separarse de los suyos y emprender una aventura por distintas partes del mundo. Y en ese relato están los mejores momentos del filme: Forster administra con gran sabiduría la narración, intercalando secuencias en las que la acción es predominante (y fantásticamente resuelta desde lo visual y lo técnico) con otras de tensión "a la antigua". Así, el director logra atrapar la atención del espectador a lo largo del todo el relato y consigue que el público no cuestione algunos giros muy poco creíbles de la trama. Aplausos para el encuadre y el montaje de las escenas de las estampidas de zombis en pos de los humanos que corren despavoridos, entre otros puntos altos de la factura técnica del filme.