Los catastróficos zombies.
Si Roland Emmerich decidiera hacer una película de zombies, seguramente le saldría algo así. Eso es World War Z, cine catástrofe al estilo 2012 o El día después de mañana, pero con los zombies como protagonistas. La fórmula está gastada de repetirse en ciclos en la pantalla grande, y su variante, esta vez, tampoco ayudó mucho a aportar frescura.
World War Z no tiene introducción, sino apenas 2 o 3 minutos en los que simples líneas de diálogo intentan dar identidad al personaje. A partir de ese momento, uno comprende que la película no invierte en lo narrativo, sino quizás en lo técnico; pero resulta que tampoco. Si bien hay dos o tres escenas bien logradas, esta nueva entrega del género no deslumbra en ningún momento en materia fotográfica.
Un inanimado Brad Pitt, de actuación deplorable, intenta dar vida a un protagonista intrascendente, que viaja de una esquina del mundo a la otra al mejor estilo Indiana Jones, tratando de salvar al mundo del apocalipsis. No hay desarrollo de ningún tipo en World War Z, ni en la trama, ni en sus personajes; hay simplemente una seguidilla de hechos inverosímiles que suceden en tiempo récord, sin demasiadas explicaciones.
World War Z para mí es un fracaso cinematográfico tanto en lo narrativo como en lo actoral, y apenas una película promedio en lo fotográfico. El guión parece estar escrito por un adolescente y la labor de Brad Pitt es sinceramente mala. Quienes quieran ver una buena de zombies, más vale reincidir con Zack Snyder y su remake del Amanecer de los muertos, o con Exterminio de Danny Boyle.