The Gunman es una película de acción convencional que intenta por momentos disfrazarse de drama para agregar complejidad a una receta por demás de conocida. Esa alquimia que tan bien fue lograda en la genial Blood Diamond, cuando Di Caprio dio el salto que lo perfiló como el gran actor que finalmente es hoy, no funciona esta vez. En el mejor de los casos, es una propuesta mediocre con buenas escenas de acción.
Lo narrativo es apenas superficial. El hilo argumental de The Gunman es básico, poco original y está pobremente guionado. No alcanza el talento de Bardem y Penn juntos para rescatar una historia trillada, que de vez en cuando sorprende con buenas secuencias de acción, pero la mayoría del tiempo intenta innecesariamente vender otro género. Hay un leve y tímido intento de rodear la trama con un aura de thriller político, pero el foco real del filme está puesto en un Sean Penn musculoso e implacable, de fácil comparación con el personaje estereotipo usualmente interpretado por Stallone.
Las casi dos horas pasan rápido entre los tiros, las piñas y una falsa expectativa que se diluye poco a poco. En The Gunman sobra el talento, pero falta la sustancia argumental. Prescindible, sin dudas.