Habemus Papa

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Analízame

Luego de varios años de sequía Nanni Moretti, el director de “Caro Diario” (1994), vuelve al ruedo con el genero que lo hizo conocido alrededor del mundo, aunque habiendo incursionado con mucho éxito en el drama “La habitación del Hijo” (2001), con la que gano el David de Donatello en Italia, fue alardonada en el Festival de Cannes, y tampoco le fue mal su incursión en filmes políticos como “El Caimán” (2005).

Pero no solamente hace uso de ese talento natural para la mirada acida sobre determinadas realidades, del buen manejo del humor, por momentos satírico, por otros cínico, y mayormente irónico.

Ahora le agrega un toque de estilo desde lo estrictamente audiovisual. La construcción de las imágenes no es del orden de la casualidad, hay toda una intención e impronta en esas elecciones. Las primeras imágenes nos recuerdan a representaciones religiosas de los siglos XVIII y XIX, trabajadas en tonos que no son ni fríos ni calidos, empatizando con la luz y tono pasteles, con una gama muy pequeña de colores, que son esencialmente el rojo, el negro en los personajes, y el blanco haciéndose fuerte en los espacios físicos que refuerzan los resultados de las imágenes.

Esto hasta puede ser leído, y no creo que este demasiado alejado de las intenciones del director, como una critica al conservadorismo, rigidez, y falta de adecuación al mundo que estamos viviendo de parte del Vaticano.

Esa primera secuencia da lugar, tras la muerte del Papa, a la elección del nuevo Pontífice.

Adentro, en el recinto, el silencio es casi sepulcral, tal ausencia de sonido permite al director hacernos oír los pensamientos de los posibles ganadores de la compulsa religiosa, respecto de la cual todos desean no ser elegido.

La votación decide que el cardenal Melville (Michel Piccoli) sea el nuevo Papa y como si estuviésemos frente a un gran texto de Sigmund Freud, “Los que fracasan al triunfar”, el Sumo Pontífice, en cuanto debe asumir como tal entra en estado de pánico, lo que le genera angustia que no puede manejar.

Es por ello que en el Vaticano toda la junta decide traer al mejor psicoanalista de Italia (Nanni Moretti), quien se presenta como ateo.

A partir de ese momento el filme tiene distintas vertientes a desarrollar, algunas las realiza con mayor éxito que las otras. La relación medico – paciente, imposible de sostener con tanta gente alrededor. El recorrido interno del personaje del Papa, magnifica interpretación de Michele Piccoli, lleva adelante la mayor parte de las acciones. Por otro lado esta el psicoanalista quien dio su consentimiento de no tener contacto con el mundo exterior en tanto no se anuncie públicamente el nombre del nuevo Papa.

La irrupción en la historia de la ex mujer del psicoanalista (Nanni), la siempre bella Margaritha Buy, considerada como la segunda mejor psicoanalista de Italia, da lugar a la construcción de un verosímil, que hasta ese momento estaba otorgado por todo aquello que rodea al relato y no por lo relatado.

Con un humor que circula desde la ironía, un poco cínica, hasta el humor directo, físico, pero sin caer nunca en tonos de crítica despiadados, grotescos. Tampoco se puede decir que tenga una mirada ingenua sobre ese mundo desconocido para la mayor parte del público.

Su propuesta es poder ver a estos personajes tal como son, de carne y hueso, con sus mezquindades, deseos, altruismo, bien humanos.

Pero queda trunco el viaje que realiza el director dentro suyo, esa fue una veta que Nani Moretti se haya olvidado de explotar

Muchas veces se comparó a Moretti con el geniecillo de Mahattan, el gran Woody Allen. Es verdad que ambos son grandes observadores de la realidad que los circunda, pero posiblemente menos verborragico que el neoyorquino, pero igualmente vital.

Hay un antecedente, es de 1967, “El analista del Presidente” de Theodore Flicker, en tono de comedia pero con un discurso más apocalíptico que este, y otro más cercana en el tiempo, “Analizame” (1999) donde un psicoanalista judío debe ser el terapeuta del capo de la mafia

Este filme viene a ser una bocanada de aire fresco sobre la cantidad de basura hollywoodense, mediocre y sin sentido, que se estrena en la Argentina.