El nuevo mundo
Analía (la versátil Martina Juncadella) es una veinteañera del interior que es enviada por su madre a Buenos Aires para entregar unas artesanías en un viaje relámpago. Pero, mientras cumple con su misión, la protagonista descubre por casualidad una comunidad musulmana y, al poco tiempo, a un atractivo y encantador joven de origen libanés (Martín Slipak).
Lo que Alvarez describe en su debut en el largometraje (tiene varios interesantes cortos en su haber) es el proceso interior (y exterior, ya que ella adopta un nuevo nombre, Habi, así como la vestimenta, el idioma y las costumbres de aquella comunidad) de una chica en plena crisis de identidad, que se siente atraída por un mundo desconocido que la encandila y de alguna manera la contiene. Sin embargo, claro, pasada esa fascinación inicial, las contradicciones, dudas y dificultades no tardarán en aflorar.
La convicción con que la directora va delineando la evolución de su protagonista, la ductilidad de esa muy buena actriz que es Juncadella y la categoría de su equipo técnico (empezando por el talentoso DF Julián Apezteguía y el sonidista Catriel Vildosola) para ayudarla en la creación de climas muy logrados hacen de Habi, la extranjera una experiencia con no pocos hallazgos. Y, aunque ciertas subtramas (como la melodramática que transcurre en la pensión donde Analía/Habi se hospeda) poco agregan, no alcanzan a minar el disfrute que la visión de esta más que digna ópera prima provoca.