Otra opera prima argentina con una mujer como realizadora, HABI, LA EXTRANJERA, el filme de la premiada cortometrajista María Florencia Alvarez, cuenta la historia de una joven de unos 20 años, de provincia, que viene a recorrer la ciudad de Buenos Aires haciendo deliveries de artesanías y que, en uno de sus recorridos, se topa con los miembros de una comunidad musulmana y luego decide instalarse en una pensión e ir integrándose, de a poco, en grupo.
El universo que encuentra y el choque cultural que se produce son fascinantes, lo mismo que las sensaciones que empieza a atravesar “Habi” (Martina Juncadella, con un muy buen acento entrerriano) cuando conoce a un hombre (interpretado por Martín Slipak) allí que le interesa. Pero como debe habituarse a formas de relacionarse entre hombres y mujeres que son para ella algo particulares, la cosa no será tan sencilla.
habiEl filme pierde algún interés al enfocarse tal vez demasiado tiempo en una subtrama ligada a la relación entre la protagonista y una vecina (brasileña) de la pensión. Y el conflicto que se planteará luego (algo relacionado al nombre que eligió usar para “hacerse pasar” por musulmana y la confusión que eso genera allí) no es tan fuerte como para convertirse en el centro del relato.
Pero más allá de esas debilidades argumentales, el filme tiene grandes momentos (muchos de ellos en tono de comedia) y logra observar con bastante calidez un mundo que, para muchos argentinos, es totalmente desconocido. Así, la película termina siendo menos una exploración del mundo musulmán que una historia de descubrimiento y de identidad de una joven mujer.