¿Qué decir de Tarantino que no se haya dicho?, un director único con un sello propio bien definido -con solo ver una escena ya podemos saber que es una película de Tarantino- que a su vez puede incursionar con diferentes géneros y temáticas bien opuestas sin ningún problema, y que además tiene un amor por el cine pocas veces visto.
En Había una vez… en Hollywood este amor bien correspondido por el cine viene por partida doble. Por un lado por la obra maestra que crea, al igual que prácticamente toda su filmografía, con un completo control y libertad creativa en la cual expone su idea sin que nadie le imponga nada. Por el otro lado, este amor por el cine lo vemos también en la propia historia que transcurre en pleno Hollywood de finales de los 60s, época en la que Tarantino creció viene sus primeras películas como espectador.
La trama se centra en dos personajes bien hollywoodense como lo son Rick Dalton (Leo DiCaprio), un actor que logró triunfar como protagonista de una serie pero que se encuentra en plena caída y busca resurgir en el cine, y Cliff Booth (Brad Pitt) como su doble de riesgo y quien hace las veces de su chofer. Si bien ambos personajes son totalmente ficticios, logran representar muy bien lo que fue el star-system de los 60s, en una época muy efímera para los actores de Hollywood que así como tenían su auge, también tenían su caída.
Pero así como tenemos personajes de ficción, también tenemos personajes “reales” como el caso de Sharon Tate (Margot Robbie), una actriz y esposa del director Roman Polanski, quien fuera una de las victimas del clan Manson -y de quien de hecho vemos algunas escenas de sus películas originales con la aparición de la mismísima Tate). También vemos al propio Manson y parte de su clan y a varios actores y personalidades de Hollywood de ese momento como el caso de Bruce Lee.
El director logra agarrar una historia real y fraccionarla “a lo tarantino” (como pasó con Bastardos sin gloria, 2009) con todo sus libertades creativas y con muchas escenas divertidas y diálogos muy inteligentes. Posiblemente esta sea la película menos violenta de las nueve y está bien que así sea, por que la historia busca ir por otros lados. Sin embargo, cuando llegan ESAS escenas sobre el final – y que final…- no nos quedan dudas de a que director pertenecen.
Otro gran acierto es el gran cast que logró juntar -el mejor de su carrera y posiblemente el mejor del cine en general en muchos años- principalmente por estar encabezado por las dos máximas figuras de los últimos 20 años trabajando juntos en una película por primera vez, pero también con otros grandes íconos del cine como Kurt Rusell y Al Pacino.
En cuanto al guion, Tarantino demuestra lo inteligente que es. Sabe perfectamente que temas tocar, cuales evitar y con cuales amagar, sin la necesidad de justificarse en lo políticamente correcto.
Para finalizar, es necesario realizar una advertencia. Había una vez… en Hollywood no está dirigida al público más joven que solo consume películas actuales ya maneja un tiempo de cine más clásico al cual ya no se está acostumbrado. Así como los tarantineros la van a amar, aquellos que nunca se iniciaron en este “culto” -si, increíblemente hay muchos en este grupo- no les parecerá atractiva.