Había una vez en Hollywood un cinéfilo, cuyo amor por las películas lo llevó a hacer las suyas propias y se convirtió en uno de los grandes autores de esta generación. A casi cuatro años de su último trabajo, Quentin Tarantino está de regreso con Once Upon a Time in Hollywood, un film que lleva su pasión a otro nivel. Una oda al cine, a la televisión y a la industria en general, su homenaje no se limita a un género en particular como en trabajos previos, sea el de artes marciales (Kill Bill), el exploitation (Death Proof) o el western (Django Unchained, The Hateful Eight). No, se trata de una celebración del arte de hacer arte.