De crisis amorosas y algo más
¿Qué tan fácil es dejar un amor atrás después de veinte años de matrimonio? La premisa de la película es sencilla: María (Chiara Mastroianni) es descubierta por su marido en uno de sus tantos affaires, y ella decide pasar esa noche en el hotel de enfrente, más precisamente en la habitación 212.
Con un guión que nos recuerda a Charlie Kaufman y algo de Fellini, la trama se desarrolla casi enteramente en la habitación y en torno a los personajes que se van sucediendo. Amores del pasado, madres (y abuelas), su marido en versión joven, y una seguidilla de visitantes a la habitación que terminan por enloquecer y confundir aún más a la conflictuada María. Y del otro lado, está su marido, desesperanzado, roto por los años que cree haber perdido en su infiel esposa.
El enfoque surrealista o, más bien fantástico, termina por darle a la cinta un sentido más cómico que dramático por momentos, en donde verdaderamente no interesa tanto qué sucede, sino que el énfasis está en las preguntas que se hacen los personajes, muy fácilmente trasladables a la vida cotidiana del espectador. ¿Puede morir el amor? ¿Los años perdidos no vuelven? ¿Qué tanto pesa cada decisión que hacemos?
Si bien no es una formidable película, las actuaciones del reparto (fundamentalmente de Mastroianni) y la soltura con que se plantean distintas temáticas, la convierten en un visionado atractivo y distinto al que normalmente estamos acostumbrados.
Puntuación: 6/10
Por Manuel Otero