Nostalgias de una rebelde de los años de Fassbinder
Cuando joven, Herta Scheurle, alias, a veces, Sonia Staber, hija de alemanes, esquivó el designio paterno y llevó vida de artista en Europa. Integró la comuna de Rainer W. Fassbinder, mantuvo una linda amistad con el músico Peer Raben, tuvo aventuras y oportunidades, pero también mala suerte, culpa de un accidente de auto y una obligación filial: el padre había enfermado. La bohemia y algunos bienes "se fueron por la alcantarilla". Acá se terminó jubilando como profesora de alemán. Pero a la vez despuntó el vicio en la Manzana de las Luces y otros escenarios. Y algo la empuja a seguir por esa senda.
El ensayo que ahora vemos amplía esta síntesis biográfica, le agrega los encantos de viejas películas familiares y ocultos cajones de recortes (trabajos con Hanna Schygulla, elogios por un Beckett, algo con Alberto Migré, etc.), y la curiosidad de los registros, por ejemplo, la recepción berlinesa de "El amor es más frío que la muerte", y hasta un fragmentito del film entre pasional y experimental que Jutta Bruckner rodó en Buenos Aires, "Una mirada y el amor estalla". Pero no se trata de una biografía. Más bien es un espejo. La autora del registro se va mirando en ese espejo.
La autora es Marina Zeising, productora de "Cama adentro" y otros trabajos de Jorge Gaggero, partícipe necesaria en el formidable "Vengo de un avión que cayó en las montañas", del uruguayo Gonzalo Arijón, y en buenas obras de Enrique Piñeyro, Matilde Michanié, Inés de Oliveira César, Jana Bokova, etc. Ella además hace cortometrajes, videoarte, ¿se sentirá insatisfecha todavía? ¿O inquieta por los azares del destino que puedan demorar inoportunamente sus metas?
A cierta altura, ambas amigas consultan el I Ching. Más adelante, la joven mira a la actriz mirándose a sí misma en la pantalla, donde la imagen la muestra caminando más allá del bosque donde se ha refugiado. Poco antes, razón del título, escuchamos unos versos que hablan del "arte de habitar y el valor de habitar el arte". Película pequeña, dulce, casi íntima.