POCA PROFUNDIDAD
Después de lograr cierta fama como actriz y guionista, Agnès Jaoui decidió pasar al terreno de la dirección con El gusto de los otros (2000). Más tarde, llego su segundo trabajo, Como una imagen, de 2004, y finalmente en 2008 realizó su tercera (y última) producción llamada Háblame de la lluvia, donde vuelve a abordar diferentes temáticas sociales al igual que en sus anteriores films, tal vez no con la misma contundencia que en sus predecesoras.
Esta cinta narra la vida de Agathe, una feminista que ha ingresado a la política de Francia. En medio de sus tareas cotidianas, regresa a la casa de su infancia en el sur del país, para ayudar a su hermana a cerrar los asuntos de su madre después de su muerte. Agathe no se siente a gusto en su tierra natal, pero aprovechará la oportunidad para hacer campaña electoral a través de una complicada entrevista. Mientras tanto, distintos acontecimientos se suceden que le permitirán a ella redescubrir las relaciones de sumisión y humillación que existen en la vida cotidiana.
Desde su comienzo, la trama busca plantear diferentes temas sociales que van desde la discriminación racial, pasando por conflictos familiares, hasta la relación entre la gente y los políticos. El inconveniente mayor es que todos estos tópicos se abordan sin demasiada profundidad, provocando que sean una enumeración de situaciones que al final no permiten sacar ninguna conclusión concreta.
A su vez, se suman varios personajes (tal vez cada uno como protagonista de alguna temática en particular) que terminan por agrandar en demasía la historia, impidiendo que se los termine de conocer en forma precisa para poder generar alguna empatia con ellos. No obstante, cuando los protagonistas abordan las escenas amorosas se encuentra lo mejor del film, ya que logran transmitir cierta calidez en sus acciones.
El relato transita con fluidez pero sin ningún momento destacado o importante como para transformar a la historia en un producto más contundente. Todo se desarrolla con pasividad, linealmente, sin algún punto de quiebre que provoque en el espectador alguna sensación o sentimiento por lo que está observando.
A pesar de esta falta de firmeza, quienes sostienen el peso de la película son los actores principales, que realizan interesantes labores utilizando al máximo las pocas emociones que contiene el relato e interpretando perfectamente sus roles, destacándose Jamel Debbouze con su Karim. También se destaca una hermosa fotografía, con algunos planos bien logrados y de enorme belleza.
Mas allá de algunos buenos gags incluidos en la trama, Háblame de la lluvia intenta hablar de mucho para terminar hablando de nada. La poca profundidad con la que aborda sus “temas principales” junto con la cantidad de personajes que no aportan, hacen que esta película no genere ninguna sensación a quien la observa. Solo el talento de los protagonistas puede encender cierto sentimiento, que la historia rápidamente se encarga de apagar.