Hablemos de amor (Dobbiamo Parlare, 2015), película italiana dirigida por Sergio Rubini que rememora a las comedias de situación, utiliza un estilo teatral que se manifiesta y se fortalece a partir del uso de la palabra como la fuente generadora de emociones. Un tratamiento tan simple para ahondar en un elemento tan complicado e inaprensible como es el amor para una película emotiva y vivaz.
Vanni y Linda viven en un enorme apartamento con una gran terraza desde donde se ve toda la ciudad de Roma. Vanni es un escritor famoso aunque en realidad es Linda quien le escribe sus libros. Ella le funciona como una escritora fantasma. Ambos, que se muestran como una pareja amorosa y comprensiva, están preparándose para salir a una cena con un editor cuando empieza a caer una pareja de amigos: Constanza y Alfredo, dos médicos que empiezan a desahogarse pues Constanza ha descubierto que Alfredo le es infiel con otra mujer. Alfredo también llega luego para dar explicaciones. Con esto, la velada hará que Vanni y Linda se contagien de sus amigos y su fortalecida relación de pareja quede al borde del colapso.
Desde el inicio (y que son esos detalles que hacen que sea una propuesta interesante) se plantea un detalle irreal y fantástico que no hace que dudemos de la verosimilitud de lo que vamos a ver, sino por el contrario, no se pierda la idea de juego teatral. Todo tendrá una gran seriedad, pero la introducción demostrará que estamos ya sumergidos en una obra de teatro propia de la comedia negra. Hablemos de amor mantiene un marco estético que la llena de energía y vitalidad, con guiños a Federico Fellini o Pier Paolo Pasolini en utilizar los artificios de la comedia para profundizar en temas anodinos y hacerlos profundos.
Lo mejor que tiene es que todo ocurre dentro de un solo espacio. La palabra es la protagonista principal, tanto el deseo, como la mentira, y los secretos, surgen del lenguaje. También es interesante el modo en que la discusión pasa de una pareja a otra. Como si la palabra -entre lo no dicho, lo mal dicho y lo oculto- fuera la responsable de que la inestabilidad de cada relación estalle. Las dos parejas son puestas a prueba, mostrando que el amor tiene muchas caras, no sólo agradables. A veces una pareja funciona como un acuerdo corporativo que está dispuesta a sobrevivir a situaciones adversas.
Hablemos de amor es la puesta en escena de cuatro voces que darán todo por mostrar sus pequeños mundos y el espectador se quedará impresionado, no porque sea una gran película sino porque cumple concretamente en su golpe de emoción, en sus giros cuando vamos de una pareja a otra como si se tratara de duelos de lucha libre, para llegar a un final inesperado.