El título en realidad sería “Tenemos que hablar”, su desarrollo nos ofrece una buena presentación de los personajes con confesiones asombrosas, acompañado con una exquisita banda de sonido y una iluminación apropiada.
Todo sucede en un edificio, en un departamento, que por momentos es tan claustrofóbico, como la crisis matrimonial que se desata una noche, estas dos parejas a medida que corren los minutos sacan a la luz ciertos secretos, que casi todos tenemos guardados, infidelidades, sentimientos reprimidos, todo esto termina en un gran desahogo por parte de todos, además de contar con diálogos inteligentes llenos de amor y de dramatismo. En algún punto tiene cierta similitud con “Un dios salvaje” (2011) escrita y dirigida por Roman Polanski,con Kate Winslet y Christoph Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly).
Los protagonistas: Isabella Ragonese (“La nostra vita”), Maria Pia Calzone (“Gomorra”), Fabrizio Bentivoglio (“El capital humano”) y Sergio Rubini (“La pasión de Cristo”). Son buenos actores tienen buena química y son muy buenos profesionales, se ponen la película al hombro ante un guion pobre, el problema está que el cine no es el teatro y se desaprovechó.