Retrato de un pionero del cine experimental
Con ese título, Andrés Di Tella y Claudio Caldini presentaron en abril último un espectáculo multimedia, ahora presentan este documental, y ya se anuncia el libro en simultáneo. ¿Qué son los hachazos? En el negocio cinematográfico, son los trabajos de destrucción de copias cuyos derechos han vencido, por lo cual ya no pueden explotarse comercialmente y ocupan espacio inútil. Más vale partirlos en cuatro, y al volquete. En forma figurada, también son los golpes que ciertos autores sufren en carne propia, aun cuando la idea de comercio les haya sido siempre ajena.
Tal es el caso de Caldini, pionero del cine experimental en Argentina, con otros que a comienzos de los 70 se reunían en el Di Tella, el Goethe, etc., y los sábados en Uncipar, donde eran usualmente mirados con espanto. Ahí decían, por ejemplo, «en ese grupo hay un loco que ató la cámara a una cuerda, la revoleó todo lo que dura un rollo, después se mandó una teoría y nos proyectó el resultado».
Ese loco era Caldini. También la ató a una bicicleta, filmó sombras y reflejos que proyectó simultáneamente con tres proyectores contra tres pantallas, acompañando un recital de rock, a veces también rayó la película, en fin, le fascinaba ver qué pasaba con las imágenes. Trató de abrir su mente por ese lado.
En la agitación de entonces, para unos cometía el delito de esteticista, y para otros era sospechoso de algo. Sintiéndose mal acá, se fue a la India, pero ahí lo internaron en un hospicio y volvió recién largos años más tarde. De regreso programó ciclos, integró festivales under, dirigió talleres. La gente del videoarte lo declaró ilustre predecesor. Pero, sin dudas, su almacenero pensaba otra cosa. Hoy se las rebusca cuidando casaquintas del conurbano.
«Un hombre lleva toda su obra, que es toda su vida, dentro de una vieja valijita de cuero, en un tren que va de Moreno a General Rodríguez. Son los originales de sus películas, todas en Super 8, un formato obsoleto, que no permite copias. Esa valija es como el manuscrito de su autobiografía. Se trata de Claudio Caldini, cuidador de una quinta de los suburbios, cineasta secreto», mitifica levemente Di Tella. El S8 permite copias, el hombre no es tan secreto, y además no lleva toda su obra en la valija, sino alguno que otro rollo, pero el mito funciona. En el documental lo vemos cómo filma de nuevo, repasa conocimientos con un técnico, y discute con su biógrafo, que quiere novelar un poco lo que él, medio ermitaño, prefiere dejar a un lado. La película es algo triste, pero es también una expresión de lealtad. «La primera vez que estuve en una filmación, o algo parecido, fue en una performance de Marta Minujin que filmaba Caldini en S8», recuerda con cariño. Canción de fondo, «Porque hoy nací», de Javier Martínez. Texto para quienes quieran saber algo más, «Historia crítica del video argentino», compilación de Jorge La Ferla, que en 2002 también editó un vhs con los mejores cortos de Caldini.