El cine para niños en Hollywood se divide en tres tipos de películas: El cine de animación, las comedias o aventuras protagonizadas por niños (y/o algún animal), y las comedias familiares, generalmente con algún adulto que corrige su camino en pos del bienestar de la familia. Mientras las películas animadas se encuentra entre los géneros más originales del cine americano actual, las no animadas suelen apelar a fórmulas gastadas, sin ningún ánimo de actualizarlas o de mostrar un mínimo de originalidad.
Aquí tenemos a un jugador de hockey que a la hora de dialogar con los niños que lo idolatran, o con los que conforman su familia, suele derribar las ilusiones de estos con una violencia aplastante. Esto hace que sea introducido a la fuerza en el universo imaginario de las hadas de los dientes, donde es obligado a trabajar recolectando los dientes de los niños. La sola idea de ver a Dwayne Johnson disfrazado de hada parece ser motivo suficiente para justificar esta comedia, y es verdad, el ridículo disfraz le sirve para demostrar sus dotes como comediante.
Claro que una película no se puede sostener con un hombre musculoso vestido de hada, por más que lo intente, y los chistes derivados de la torpeza del personaje para ejercer su rol de hada agotan su gracia en pocos minutos. Tampoco ayuda que la película se detenga en efectos especiales baratos, originados por los poderes que adquiere el protagonista en calidad de hada, ni las participaciones de Julie Andrews, que suele aparecer en películas infantiles sólo para recordarnos que estamos ante eso, una película infantil, y Billy Crystal, que justifica su breve papel con la única escena realmente graciosa de toda la película.
El resto, especialmente el discurso moralista, podemos pasarlo por alto, ya que al haber sido visto demasiadas veces en esta clase de películas importa muy poco. Podemos quedarnos con un Dwayne Johnson que, aunque preso de la ridiculización de su personaje, parece estar entrenándose para protagonizar alguna buena comedia que explote su cada vez más pronunciado talento cómico. Tooth fairy es prueba de ello, el único interés de la película radica en verlo reirse de sí mismo, algo que parece estar llevándolo por una senda transitada alguna vez por Arnold Schwarzenegger, aunque Johnson parece poseer una disposición más natural para la comedia que el actual gobernador de California. De todas maneras, si su hijo o hija le pide ver alguna película infantil protagonizada por el ex “The Rock”, mejor alquílele Race to Witch Mountain, que sin ser original, es mucho más entretenida.