La original Halloween de 1978 dirigida por John Carpenter es un enorme clásico que dictó las normas por las que se guiaría todo el género slasher desde entonces y hasta nuestros días. Pero como las ideas escasean en Hollywood, de unos años a esta parte alguien comenzó la moda de las remakes - fundamentalmente, de los hits de terror de los años 80 -, y Halloween cayó en la volteada. El dudoso honor de recrear semejante hit cayó en manos del músico, guionista y director Rob Zombie, el que terminó por hacer un trabajo bastante pasable. Zombie agregó de su pecunio un largo prólogo - sobre el origen de Michael Myers - que es por lejos lo mejor de la película; pero a la hora de rendir homenaje al original (y recrear escenas), Halloween 2007 resultaba muy blanda. Sin embargo a los estudios le gustó el filme y, aunque Zombie se negó a rodar la obligatoria secuela, dos años más tarde terminó por ceder ante la presión de los ejecutivos. Y lo cierto es que, si Halloween II 2009 no es el mejor filme de terror que haya rodado Rob Zombie en su carrera, por lo menos le pega en el palo.
Este es un filme notablemente superior a la entrega anterior. Ahora sí resulta obvio que a Zombie lo incomodaba la obligación de seguir fielmente al original - con personajes que al director no le gustaban y regurgitando escenas sin poder agregarle nada nuevo - y, ahora que cumplió las formalidades de la remake, se puede despachar con los lineamientos que más le placen. Zombie lleva los personajes al terreno que le gusta: ahora Laurie Strode ha dejado de ser pulcra y virginal chica de clase media para convertirse en otra "white trash", como lo eran su madre y el resto de su familia. A diferencia de lo que podría esperarse de una secuela de Halloween, aquí hay una exploración sobre las secuelas emocionales y mentales de alguien que ha sobrevivido a una experiencia shockeante y cuya vida ha cambiado radicalmente. Eso no significa que este desarrollo dramático tenga la profundidad de un libreto merecedor del Oscar, pero está bien construído y de manera creíble. Mientras que en Halloween 2007 lo de Scout Taylor - Compton era prácticamente un cameo extendido, ahora tiene todo el protagonismo y se ve obligada a hacer un agotador tour de force.
Es notable como Zombie se las ingenia para salirse de los clichés del slasher (o de caer en la repetición de rutinas de otras secuelas de Halloween), manteniendo la identidad del asesino y de la saga. En cualquier otra entrega hubiera bastado poner a un montón de chicas semidesnudas en una casona, y dejar que el asesino enmascarado empezara a despacharlas una a una. Pero Zombie se toma la molestia de expandir la construcción mitológica que había comenzado en esa media hora inicial del filme del 2007. Ahora vemos mucho tiempo al asesino en pantalla, sin matar y teniendo visiones tanto de su madre como de sí mismo cuando era niño (y a veces, él mismo de adulto sumándose a la imagen). El Michael Myers niño razona con el fantasma de su madre y le da la voz que precisa el personaje para expresar sus motivaciones. Reitero: Zombie no es Ingmar Bergman, pero resuelve algunas cuestiones con bastante vuelo y una elegancia inusual para un filme exploitation como es este.
Hay una primera media hora realmente intensa, que prácticamente homenajea a la versión anterior de Halloween 2 (1981) de Rick Rosenthal, con Laurie Strode siendo perseguida por Michael por todo un hospital; pero ahora todo resulta ser una pesadilla, y saltamos a la época presente. El Dr. Loomis es otro de esos parásitos de los medios, un explotador de tragedias que las convierte en best sellers para su fortuna personal. Laurie es una adolescente a punto de perder la cordura. Y Michael se recupera en una granja en la que se esconde, ya que no es precisamente el asesino inmortal que uno supone. Zombie coreografía cuidadosamente los ataques de Michael como para mostrar que no recibe heridas de gravedad o que hace cosas imposibles. Ok, en la versión 2007 le pegaban varios disparos y aún sigue vivo - el cliché más idiota que tiene el género slasher -, y uno tiene que perdonar esa estupidez inicial porque, si no, no habría secuela. Pero una vez que empieza Halloween II 2009, todo sigue por unos carriles sorprendentemente coherentes. Y ahora los caminos de los tres personajes van en trayectoria de colisión directa hacia un final incierto.
No sólo Zombie hace un desarrollo dramático con mucho mayor vuelo, sino que además se supera a sí mismo a la hora de filmar los asesinatos. Son sangrientos y en primerísimo plano. La mayoría de las apariciones de Michael Myers shockean o, al menos, provocan algún salto. Por fin se siente como una auténtica película slasher. Zombie quizás no sepa crear suspenso, pero maneja muy bien la sorpresa.
No me gusta el género slasher; no soy fan de Rob Zombie; y considerando todas las reviews que he leído sobre el filme, me siento como un profeta en medio del desierto al alabar Halloween II 2009. Ni a la crítica standard ni a los especializados en el género les ha gustado el filme, pero yo le he encontrado una enorme cantidad de virtudes. Zombie toma un montón de decisiones valientes e inusuales, le da profundidad a la historia, e incluso se anima a mostrar a Michael Myers sin máscara... y sin desvirtuar a la saga. Sinceramente creo que en el futuro Halloween II 2009 será revalorada como corresponde. Enriquece el mito, es satisfactoria en el rubro shock, y se da el lujo de despacharse con un final sorprendente. No sería muy osado compararla con el equivalente a The Dark Knight de la saga Halloween.
Las versiones de Noche de Brujas son: Halloween (1978) de John Carpenter, y la remake Halloween (2007) de Rob Zombie. Halloween II (2009) es una secuela dirigida por Rob Zombie, basada en una historia original del director.