Han pasado numerosas secuelas y ahora remakes de la convertida franquicia de Halloween de John Carpenter, uno de los films del genero terror/horror denominados de “culto”, con un personaje “serial killer” ubicado entre los mas destacados de la historia del cine.
Ahora, en ésta continuación a la remake del propio Rob Zombie, músico devenido en director de cine, quien ha entregado obras como Mil Cuerpos y Violencia Diaólica, reivindicando su pasión por el género, con una narrativa audaz y a su vez provocadora. Con Halloween: El Comienzo, su tercer opus, logró dividir las aguas entre el público promedio y los mayores seguidores del guión de John Carpenter, uno de los mejores ejemplos de directores que ha sabido entregar el cine norteamericano en las ultimas dos decadas.
Halloween (la remake) revitalizó la saga, la reinventó, se notó una gran admiración sobre el trabajo de Carpenter y siguió una linea argumental sin caer en en tonos opacos, una historia que cierra perfectamente un círculo, con tintes metafísicos, interiorizándonos en la infancia del protagonista y en secuencias que incorporaron información vital a la narración. La saga revivió.
Halloween 2, en sus primeros minutos, parte del final de la anterior remake, abordando un tema místico, una especie de fábula y una vinculación aun mayor del personaje principal (y sí, ya es hora de nombrarlo: Michael Myers) con su madre. El film inicia con una sobredosis de gore imparable, persecusión en un hospital, al igual que continuación de la original de Carpenter, el drama es duro, cruel, demasiado fuerte para impresionables y uno de los aciertos de Zombie. Pasados los minutos iniciales, donde esperamos la trama avance sobre el riel en que comenzó a moverse, el film se detiene en argumentos que, al menos según mi apreciacion, despertaron inquietud hacia el mal camino que tomó Zombie para continuar esta nueva historia. No reniego de sus herramientas narrativas ni de su extrema violencia en escenas, sino su evidente desinterés hacia los personajes originarios, contrario a lo que había logrado (o aparentó lograr) en la primera parte. Loomis, aquel doctor en quien Myers se apiada, la única persona donde Myers ve alcanzar la redención, el confrontar y psicológicamente ser “¿controlado?”, en esta secuela se ha convertido en un hazmerreír televisivo: la historia de Myers fue llevada a un escrito, un libro que Loomis ha elaborado para su propia fama, ridiculizado a un nivel astronómico. Una decepción en este sentido. El único personaje del relato original que lograba tener vinculación fuera del salvajismo con Myers, aquí se ve disminuido, fuera del contexto original.
¿Es Halloween 2 una digna continuación? A esta pregunta debemos añadirle contra qué la comparamos, con la obra de Carpenter o con la remake de Zombie. En cualquiera de los dos casos, no logra conformar una historia con el peso e interes que han logrado captar las dos mencionadas. Halloween 2, es simplemente distinta, revierte en gran medida temas ya consolidados, vuelve a la historia del perseguido y el perseguidor, un asesino serial que no piensa, sólo eleva su machete, cuchilla o elemento que tenga al alcance de la mano y mata.