Es hora de consagrar a Jamie Lee Curtis no ya como la reina del miedo, título que le ha permitido durante los tempranos ochenta y finales de los setenta construir una carrera, sino como talentosa y convocante actriz.
A la sorpresa, para muchos, que la nueva “Halloween” lidere la taquilla con ella en el papel principal, debemos recordarles que la heredera de la industria de Hollywood supo aprovechar cada oportunidad que el cine le puso delante de sus narices, sino sólo basta recordar su papel en “Mentiras Verdaderas”, opacando al mismísimo Arnold Schwarzenegger, en ese rol de madre/espía que se anima a dejar las tareas hogareñas para seducir a los líderes del espionaje.
En “Halloween” (2018) el regreso de Michael Myers, uno de los primeros asesinos con máscara del slasher, género que por cierto inauguró, es esperado hace 40 años por Laurie Strode (Curtis) en un bunker, alejada de su familia y en soledad. Así, la película mostrará a los dos protagonistas, por un lado Strode, ermitaña, tosca, obsesionada por el asesino que la acecha hace años, y por el otro Myers, quien es abordado por un grupo de periodistas que intentarán conocer detalles sobre la sangrienta masare que aconteció 40 años atrás.
Evocando sus predecesoras, y trabajando con las reglas que el género se ha autoimpuesto, “Halloween” es una vuelta a un formato cinematográfico efectivo y potente, y que se desgastó por la sobreproducción de películas en la era VHS, con una mirada nostálgica que en la utilización de la clásica melodía de la primera Halloween, creada por el propio John Carpenter, se potencia su sentido.
Además, al sumar a la hija y nieta de Laurie (Judy Greer, Andi Matichak), la fuerza de la historia toma otro color al centrarse en una tríada femenina que deberá atrapar a Myers antes que continue con su raid sangriento.
En el arranque la clara reminiscencia a “El silencio de los inocentes” con esa “entrevista” que los periodistas quieren hacerle al monstruo, y la decisión de David Gordon Green ("Piña Express", "Una loca aventura medieval") de reconstruir la imagen del asesino a partir del miedo de los otros reclusos psiquiátricos que se encuentran en el patio del pabellón de la cárcel de máxima seguridad, interpelan al espectador a correrse del clásico inicio de película de género, provocando al monstruo para que se sume a la narración.
Entonces, entre la nostalgia, la provocación, el ya saber qué es lo que vendrá tras cada “desaparición” de uno de los personajes, la utilización de recursos de otros géneros, y la decidida y lograda actuación de Curtis, una vez más como esa mujer que vio cambiar su vida en manos del siniestro asesino.
“Halloween” encuentra el espacio necesario para reinventarse, posicionarse y declarar más viva que nunca una saga que en otros tiempos supo tener casi 10 producciones entre remakes, spin offs, secuelas, y más, con la fuerza y los recursos del cine actual.