El renacido
Todos soñamos alguna vez con encontrar entre todas esas secuelas, que vendrían una tras otra sin parar -algunas muy malas, otras un poco mejores- una digna secuela del clásico de culto que nos dejó John Carpenter (Halloween 1978). Tuvieron que pasar cuarenta años, nueve películas en total, tres líneas temporales distintas y un intento fallido de reboot a cargo de Rob Zombie (Halloween, 2007).
Pero este año nuestros sueños se hacen realidad de la mano del mago del género de terror de ésta década, un hombre que no para de cosechar éxitos de taquilla, logrando que el cine de horror se lleve un Oscar a mejor guión por Déjame salir (Get Out, 2017). Estamos hablando de Jason Blum, y es el productor detrás de la saga El conjuro (The Conjuring, 2013), por citar una de sus famosas piezas de horror.
El guion de este nuevo film cayó en manos de dos acérrimos fans de la saga, David Gordon Green y Danny McBride, que venían de hacer comedias como Superfumados (Pinneaple Express, 2008), uno como director y guionista, y el otro como actor. Tras presentar el guion tanto a Blum como a Carpenter y tener luz verde para hacer la película, se sumaron al proyecto nada más y nada menos que Jamie Lee Curtis para encarnar una vez más a Laurie Strode, y John Carpenter para realizar el soundtrack, como productor ejecutivo y asesor creativo, y todos dormimos un poco más tranquilos.
Esta nueva película nos plantea en tiempo real a la niñera sobreviviente cuarenta años después de aquella matanza de 1978, una Laurie Strode que no ha logrado seguir adelante con su vida, y que ha dejado incluso que aquel suceso fatídico la aleje de sus seres queridos. Recluida casi tanto como el mismo Michael Myers (James Jude Courtney), vive su vida como en un loop continuo a la espera de ese ser que la mantiene en vilo en su casa, siendo casi una trampa mortal para cualquiera que decida entrar sin su consentimiento. Así como la primera película nos hablaba del horror, este filme nos habla de las consecuencias de ese horror y cómo repercute en el entorno de la protagonista.
La acción se desarrolla con la llegada de una pareja de Podcasters al centro psiquiátrico donde Myers se encuentra internado desde la matanza de aquella noche de brujas. Se ha creado todo un mito en torno al caso, y será la llegada de estos dos periodistas el puntapié para que se desate nuevamente el mal sobre Haddonfield, y cuando esto finalmente suceda, veremos un real festín de muertes a manos de este ser que vuelve, pareciera, a ese eje terrenal del que lo había dotado Carpenter en un principio, dejando de lado la sobrenaturalidad acomplejada que supo tener a lo largo de la pasada saga, así como también ese lazo familiar que no es más que un rumor, como una leyenda urbana del pasado. Las secuencias de asesinatos son realmente brutales y sangrientas. La cinta está repleta de guiños y referencias a toda la saga, siendo como una selección de las cosas que mejor funcionaron en el pasado fusionadas de manera perfectamente armoniosa con los nuevos hechos.
No puedo terminar esta reseña sin hablar de Karen (Judy Greer), hija de Laurie, entrenada desde muy niña con la idea de que tuviera que enfrentar a Michael algún día. Ahora madre de Allyson (Andi Matichak) y distante de Laurie, Karen muestra en pantalla cómo es empatizar con alguien que además de ser su esposo la ha puesto bajo su ala haciéndola creer que la vida puede ser nada más que bondad, clara visión de estos tiempos donde las mujeres empoderadas ven la complicidad muchas veces machista de mujeres que confunden confort con libertad. Y será su propia hija quien tenga que afrontar ese mismo planteamiento en una situación donde los hombres intentan imponerse con la manipulación y la violencia, dejando en claro que las nuevas generaciones de mujeres también pueden llevar los pantalones.
La nueva Halloween es ese anhelo que tuvimos de una secuela decente y mucho más, es la añoranza por ese clásico que nos marcó de chicos y es la lección de que todavía podemos ver, no solo a Laurie, sino a dos generaciones posteriores preparadas para enfrentar al hombre, a la forma que las acecha desde las sombras, y dejar de ser presas, sin soltar el cuchillo.
*REVIEW de Mariano González