[REVIEW] Han Solo: Una historia de Star Wars.
Llega a los cines el origen del bandido más entrañable de la galaxia y es un aire fresco dentro de la saga más famosa del cine.
Si hablamos de Star Wars, sus personajes son conocidos a nivel mundial y son parte ya de la vida no solo del geek, sino también de cualquiera que se precie amante del cine. Entre ellos, uno en especial, un bandido, forajido que supo capturar los corazones de todos (en especial de Leia); el personaje que, otrora, interpretó Harrison Ford: Han Solo. Poco se sabía de sus aventuras previas a Star Wars Episode IV: A New Hope (1977) y luego que Disney comprara la franquicia, se han decidido por realizar una explotación que, a priori, parece innecesaria, pero que viendo el nivel argumental y dramático de Rogue One: A Star Wars Story (2016), podríamos decir que la historia del bandido espacial era más que esperable y no nos iba a decepcionar. Por lo menos a los fanáticos de las películas del oeste.
Revisando la génesis del personaje (y la saga) es conocida que la historia de Han Solo fue el germen que George Lucas terminó por ampliar en la más grande opera espacial, y es por esto que, quizás, hoy en día le debemos mucho al personaje y se merecía su propia historia particular.
Han es un joven que junto a su novia, Qi’ra, vive en un submundo de criminalidad luego que el Imperio dejara relegados a su suerte a cierta parte de la población intergaláctica (como suele suceder con los gobiernos pupulistas/totalitarios). Aún así, sus sueños de libertad y riquezas no son esclavizados como su vida; incluso añora ser el mejor piloto de la galaxia, cosa que no sucederá muy pronto, ya que un hecho delictivo lo obliga a escapar de las autoridades y salvar su pellejo a costa de su amor, prometiendo que algún día volverá por ella.
Ante la presión de ir a alguna cárcel de por vida y sin demasiadas opciones, Han se alista en la Fuerza Armada del Imperio y recibe su apellido, Solo, ya que no tiene familia (¡!). Ya en una guerra en algún planeta distante, Han conoce a Beckett, Val y Río, unos estafadores que roban cuanto pueden donde pueden. Luego de un encuentro fortuito con un Wookie llamado Chewbacca, Han se une a los tres bandidos para robar un cargamento valioso de un tren, pero las cosas se irán complicando según pase el tiempo: alianzas inesperadas, enemigos ocultos, traiciones insospechadas harán que Han Solo viva sus primeras aventuras y, algún día, se convierta en líder de la Resistencia, pero hoy, es el forajido más buscado de la galaxia.
Han Solo: Una Historia de Star Wars sigue la bocanada de aire fresco que surgió con Rogue One y se extenderá (seguramente) con el spin-off centrado en Obi-Wan Kenobi. Luego de Episodio VII y Episodio VIII, estos desprendimientos no solo aportan a la mitología de la saga una mirada que nunca habíamos tenido de ciertos personajes o hechos, sino que suelen estar menos cargadas de fan service y, en consecuencia, se obtienen historias independientes pero unidas a este universo cinematográfico.
La historia no solo está plagada de aventuras, sino que homenajea a las grandes clásicas obras del género de vaqueros. Y no hablo del western clásico estadounidense, sino que, a pesar de lo que se crea en un principio, el film presenta rasgos y guiños a varios Spaghetti Westerns o Westerns europeos. Así, los paisajes nevados nos recuerdan a “El Gran Silencio (Il Grande Silenzio, 1968)” de Sergio Corbucci, los planos amplios de Sergio Leone e incluso sus personajes (desaliñados, carentes de moral, ética y escrúpulos, aunque también traicioneros) nos recuerda a ese gran clásico de, también, Leone: “EL Bueno, El Malo y El Feo (Il Buono, Il Bruto, Il Cattivo, 1966)”. Si hasta la banda de sonido, aunque mantiene la esencia de Star Wars, nos recuerda que estamos ante una película del salvaje oeste.
Ron Howard logra captar el espíritu aventurero del personaje y contar la historia desde un lado más alegre que quizás, Rogue One, pero sin dejar de lado el drama que, si bien es poco, resume el camino del héroe que debe tomar Han: Pasar de ser un niño a un hombre implica, al final, que deberá morir la figura paterna, a costa de corromper su alma.
Tanto Alden Ehrenreich con Han Solo, Donald Glover como Lando y Woody Harrelson (siempre grandioso) como Beckett son perfectos para cada papel. Paul Bettany, como el villano de turno, se luce con mucho carisma y una atracción peculiar hacia su personaje despreciable. La que parece no haber dado en la tecla es Emilia “Madre de Dragones” Clarke, con su personaje Qi’ra, que parece estar a medio camino entre una damisela en peligro y una mujer decidida pero no se decide por ninguna.
Han Solo: Una Historia de Star Wars es otro punto a favor en la explotación de la saga espacial más famosa del cine y, ojalá, se siga yendo por este camino, incluso, en la continuidad de la historia central.