Respetando el tono Clase B del episodio original de la saga y combinándolo con el espíritu aventurero de la serie “Indiana Jones”, esta película cuenta la historia del joven Han, muchos años antes del inicio de “La guerra de las galaxias”.
Más de 40 años atrás, antes de convertirse en un mastodonte épico de la cultura pop, STAR WARS fue una relectura de los seriales de clase B de los años ‘30. Esa simpleza y tontería iniciales parecen haberse olvidado en esta época en la que se analiza cada filme de la saga como si fueran las Tablas de la Ley bajadas por los herederos del Monte George Lucas. En cierto modo, HAN SOLO: UNA HISTORIA DE STAR WARS intenta devolverle a la empresa esa inocencia un tanto perdida. Tomando esa inicial pasión como referencia y tendiendo un puente hacia la otra gran saga de la dupla Lucas/Spielberg, el director Ron Howard (que tomó las riendas de la despedida dupla Lord/Miller y que se formó en similar escuela a la de Lucas, quien lo dirigió como actor en AMERICAN GRAFFITI) utilizó esta “origin story” para hacer lo que muchos querían o esperaban que hiciera con Han Solo: una película de Indiana Jones.
Ese es el espíritu que ronda a la película: trazar una genealogía imaginaria en la que Han Solo e Indiana Jones terminan uniéndose ya no sólo en el rostro de Harrison Ford sino en la propia ficción de STAR WARS. Alden Ehrenreich, en ese sentido, resulta una elección ideal para el papel, ya que logra darle una identidad personal al personaje pero a la vez manteniendo el carisma clásico del antihéroe de respuestas rápidas, ironía y acidez a prueba de todo. La película funciona, también, gracias a su performance y a la de Donald Glover como Lando Calrissian: en los intercambios cómicos entre ellos HAN SOLO recaptura parte de ese espíritu clásico.
La película casi no se cruza, al menos en su trama, con los grandes asuntos de STAR WARS. El Imperio, la Rebelión y otros grandes hitos de la saga aparecen poco y nada aquí. Sí, es cierto, la producción se vio tentada —quizás demasiado tentada— a incorporar Grandes Momentos de la Historia Star Wars a su catálogo de escenas. Así sabremos cómo Han recibió su apellido, como conoció a Chewbacca, cómo se hizo del Millennium Falcon y otras cosas que no se sabían bien (o no se sabían del todo bien) cómo habían aparecido en la saga. Tal vez no sean realmente necesarios a la película pero son momentos inevitables de la leyenda de STAR WARS.
El filme arranca a media res, como es habitual en STAR WARS, con Han escapándose del planeta Corellia junto a Qi’ra (Emilia, “la Reina de los Dragones”, Clarke). Como sé que muchos prefieren no enterarse nada de la trama, no contaré mucho más. Hay una fuga entre ambos frustrada, la educación militar de Han bajo las órdenes del Imperio y una misión que los reunirá a ellos dos y que incorporará a otros de los grandes protagonistas de esta historia: Chewbacca, Lando y unos personajes, nuevos y no tanto, que no develaré acá…
Cuando logra calmar su acelerado e hiperventilado inicio y los personajes se unen para la misión principal que habrán de llevar adelante a lo largo de esta película, HAN SOLO encuentra su ritmo: una película de género con un plot tan poco importante como debe serlo en estos casos (algo ligado a un combustible azul, clásico McGuffin hollywoodense si los hay) y que sirve como motivo de propulsión para que los personajes se vayan desencontrando y reencontrando, algunos se pierdan en el camino y se aprendan algunas lecciones de vida que servirán para más adelante. Todo esto, claro, en medio de escenas de acción y suspenso que no sorprenden particularmente por su espectacularidad (salvo una de ellas) sino por su prototípica y controlada simpleza.
Desconozco si los fanáticos de STAR WARS apreciarán la sencillez –no digamos del todo clásica, pero sí atravesada por ese espíritu– de HAN SOLO. Como me pasó con el último episodio de la saga, mi opinión no suele coincidir con la de los supuestos guardianes de la verdad galáctica. No tiendo a pensar en términos de toda la trama sino de películas en lo individual y particular. Y en ese sentido, HAN SOLO funciona y se disfruta. Para los que crecimos en paralelo a la saga, la mejor forma de explicarlo es la siguiente: HAN SOLO es –al menos en su espíritu, no en su producción– más una historia de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS que una de STAR WARS.