Después de tanta controversia, finalmente pudimos ver la aventura en solitario de Han Solo, aquel carismático y querible contrabandista, que nos muestra sus orígenes en este film que resulta ser mucho más entretenido y logrado de lo que anticipaban los dilemas por los que atravesó su producción.
Como bien sabrán, “Solo: A Star Wars Story” (2018) tuvo un proceso de realización bastante turbulento y atolondrado. Lucasfilm decidió reemplazar a la dupla directora Phil Lord & Chris Miller (“Lego Movie”) luego de varios meses de rodaje, por el experimentado cineasta Ron Howard (“A Beautiful Mind”). Ambas partes le atribuyeron la salida de los realizadores a la tan usual frase de “diferencias creativas”, lo cierto es que Howard tuvo que agarrar el proyecto bastante manoseado y someter al elenco y al equipo técnico a un largo proceso de reshoots. Tal es así, que se anda diciendo por ahí que el director de “Cocoon” (1985) tuvo que realizar casi el 70% del film en esas retomas. Por otra parte, se rumoreaba que Alden Ehrenreich (“Hail, Caesar!”), el encargado de personificar al mítico personaje que hizo famoso a Harrison Ford, no había terminado de convencer interpretativamente a los responsables de Lucasfilm y además necesitaba de un coach de actuación para poder realizar varias de las escenas de la película porque no podía dar con el tono indicado para componer a Han.
Este panorama resultaba bastante desalentador tanto para el fandom como para Disney, y es por ello que probablemente “Solo” no sea el éxito de taquilla que se auguraba en un primer momento. Lo cierto es que todos esos rumores fueron desapareciendo ni bien se hicieron los primeros screenings del largometraje, cosechando reacciones positivas en líneas generales. Por nuestra parte, podemos decir que Howard nos ofrece un entretenimiento más que digno en el cual habrá nostalgia, pequeñas dosis de fan service y un relato bastante cerrado en términos narrativos.
La obra nos cuenta los inicios de Han (Ehrenreich), quien busca escaparse del planeta Corellia junto con su novia Qi’ra (Emilia Clarke). Tras un imprevisto, la pareja termina separada y Han decide seguir su sueño de convertirse en piloto para poder regresar a Corellia y rescatar a su amada. Obviamente, la tarea no será fácil y en el medio Han se cruzará con algunas caras conocidas y algunas nuevas por conocer. En el medio se nos contará la historia de cómo nuestro héroe se conoce con su fiel compañero Chewbacca, con el poco confiable Lando Calrissian (Donald Glover), cómo consigue su legendaria nave Millenium Falcon, entre otras cosas. También se nos presentarán a un grupo de ayudantes y opositores nuevos como por ejemplo su mentor Beckett (Woody Harrelson), el temible Dryden Vos (Paul Bettany) y otro personaje bastante implacable llamado Enfys Nest, perteneciente a un clan de piratas conocidos como “Cloud-Riders” que también se interpondrán en el camino del protagonista.
Tras un comienzo algo desprolijo, quizás por las retomas o el cambio de directores, la película va acomodándose lentamente hasta ofrecernos una sólida segunda mitad. Nos encontramos con un relato de corte clásico que brinda una historia redonda en materia de aventuras. Quizás por momentos nos recuerde un poco a “Indiana Jones”, pero lo que sí podemos decir, es que la cinta de Howard halla su estructura en un western hecho y derecho. Desde la primera andanza de “Star Wars” vemos ciertos elementos de las viejas cintas del oeste, y más que nada al papel de Solo como aquel cowboy espacial, sin embargo acá terminarán ratificándose esas presunciones con momentos calcados del spaghetti, con esa estética sucia y esos personajes engañosos. Desde un asalto y robo a un tren hasta enfrentamientos a punta de pistola, este film tendrá varios recursos de aquellos largometrajes.
Parecería que Disney se vio abrumado por la desfachatez que presentaban Lord y Miller, pertenecientes a una nueva escuela de jóvenes directores, y decidió ir a lo seguro y contratar a Howard como director. Recordemos que además el guion había sido escrito por Lawrence Kasdan (director de “Silverado” y guionista de “The Empire Strikes Back”) e hijo, cosa que ya nos adelantaba el rumbo que quería la productora para su nuevo proyecto.
Por el lado interpretativo no hay mucho que objetar, tanto Ehrenreich como Glover, Harrelson y Clarke componen personajes bien definidos que comienzan a dar sus primeros pasos en aquella galaxia muy, muy lejana. Es cierto que quizás el joven Han pierda en una comparación con la personificación de Harrison Ford, pero su labor es más que digna y termina realizando un estupendo trabajo. Glover también sorprende con su versión de Lando y es posible que los ejecutivos de Lucasfilm hayan tomado nota ante la sorpresa de la gente, por lo que resulta probable que sigamos viendo a este personaje en el creciente mundo de los Spin-offs. Los antagonistas Dryden Vos y Enfist Nest también son buenas adhesiones al universo de SW, otorgándonos algunas secuencias de acción, junto a los protagonistas, espectaculares y bien confeccionados.
Sobre aquella asombrante segunda mitad habrá lugar para un par de vueltas de tuerca sorprendentes que pueden allanar el terreno para lo que puede llegar a ser una secuela o bien una especie de universo compartido donde comiencen a cruzarse los personajes en otras películas de la saga (algo que no sorprendería, ya que Disney pudo probarlo con bastante éxito en el universo Marvel).
En síntesis, “Han Solo: Una Historia de Star Wars” es un gran divertimento que nos retrotrae a ese cosmos clásico creado por la película original, el cual es a su vez enaltecido por una dirección y un relato tradicional de Ron Howard. Un film que podría haber sido bastante más si tenemos en cuenta el apresurado inicio, o que también podría haber sido mucho peor por todos los problemas inherentes a la producción. Los principales inconvenientes se ven reflejados en el ritmo narrativo dispar, producto del cambio de mano de los directores. Un largometraje bastante innecesario a fines expansivos del universo de “Star Wars”, pero disfrutable y servicial al fan que buscaba ver los orígenes del contrabandista con el espíritu de las primeras cintas de la saga galáctica.