Margarette Von Trotta retoma su búsqueda por las mujeres que la han marcado en la vida, con "Hannah Arendt". En este tiempo reciente, la responsable de la magistral "Rosa Luxemburgo", realizó alguna película y un par de capítulos de series para la tevé de su país, pero en esta oportunidad, retoma las biopics femeninas iniciadas con el retrato de la monja alemana Hildergard Von Bingen (Vision) en 2009 y se dedica a explorar un segmento de la vida de la pensadora independiente, autora de "Los orígenes del totalitarismo".
Repite la misma actriz (Barbara Sukowa) y nos instala en las secuencias iniciales, con el secuestro de Adolf Eichmann (el legendario líder nazi) de su escondite en Buenos Aires. Hannah, vive en Nueva York, dando clases en la universidad, compartiendo el tiempo con sus amigos intelectuales y su esposo Heinrich Blucher (Axel Milberg). Cuando la talentosa escritora toma contacto con la noticia, decide proponerle al director del New Yorker, hacer cobertura del juicio de ese hombre en la misma Jerusalén.
Arendt viajará hacia allí entonces y aportará su pluma crítica para dar su versión al mundo de lo que ve, siente y piensa del accionar de uno de los líderes del genocidio más importante del siglo pasado. Su opinión, para los que conocen la historia, será controversial y generará repercusiones para dividir aguas y situarla en un lugar político difícil que será, claramente costoso.
La película ofrece una cuidada reconstrucción, está rodada con un estilo que no conmueve (diálogos que se escuchan como manifestos filosóficos en cada charla, reunión o entrevista), es fría y está meticulosamente pensada para parecer rodada muchos años atrás (la fotografía, el encuadre).
La actuación de Sukowa es, sin embargo, excelente.
Convence en su rol (pareciera rebelarse al clima de la cinta, incluso), aunque sus compañeros de elenco no responden de la misma manera, hay poca química en la presentación de los conflictos de pareja y los vínculos con sus amigos y los flashback de su relación amorosa con Heidegger son esquemáticos y no aportan sustento a la trama.
Von Trotta entrega un film más bien descriptivo, de un recorte temporal importante (innegable) y puede mostrar el accionar de una pensadora notable en un contexto complejo. El problema de "Hannah Arendt" es que a pesar del virtuosismo de su directora, aquí hay poca fibra. Algo que en un relato de estas características, hubiese sido un registro más amistoso para el espectador.
Aceptable producto (habrá más biopics en esta línea?), si lo tuyo es acercarte al perfil de una mujer que conmocionó el mundo de las ideas en su tiempo.