Happy hour es una comedia un tanto diferente, lo cual es muy grato.
Si bien hay algunos conceptos que ya hemos visto, otros son innovadores y propios de los tiempos que corren, en cuestiones de pensamientos y concepciones de la pareja.
La película es dinámica pero un poco larga para la historia que se quiere contar.
Ahora bien, algo que quiero destacar es la muy buena amalgama de identidades, tanto argentinas como brasileras.
Es ese sentido, es una muy buena coproducción.
Se la siente carioca por una gran presencia de Río de Janeiro, que actúa como un personaje más y está muy bien retratada, pero a la vez tiene una vibra rioplatense muy argenta, por su personaje principal.
Pablo Echarri está muy bien en el papel. No hace de galán, y me gustó mucho como le pesa el mote de héroe, al cual queda arrojado por la trama.
La puesta es buena. El director Eduardo Albergaria le da un buen ritmo, aunque por momentos se vuelve un tanto repetitivo.
En definitiva, Happy hour es una buena comedia, cuyo mayor atractivo es la unión de las culturas de manera no forzada, y que cuenta con una temática que ya hemos visto, pero que se siente fresca.