Hardcore: Misión extrema es un curioso experimento del cine independiente ruso que tiene la particularidad de brindar una película de acción filmada íntegramente en primera persona.
Es decir que la historia se narra únicamente desde la perspectiva del protagonista.
Una producción que fue víctima de los elogios exagerados en los medios de comunicación, que generan expectativas elevadas que después no se terminar por cumplir.
Si tengo que comparar este film con las secuencias de tiroteos que brindaron en el pasado Sam Peckinpah en La fuga, John Flynn en Rolling Thunder o John Woo en Hard Boiled, Hardcore la verdad que es una propuesta intrascendente.
Pero bueno, en estos días cualquier película de la nada enseguida se la califica de obra maestra.
Esta producción es un experimento que funciona muy bien en el formato de corto pero resulta más difícil de sostener en un largometraje. Algo que quedó demostrado en este estreno.
Al principio el concepto de la cámara objetiva resulta intrigante.
Sin embargo, con el desarrollo de la trama el recurso se vuelve monótono y no le aporta demasiado al género de acción.
Durante gran parte del visionado de esta historia uno tiene la sensación de estar viendo a una persona que se divierte jugando un video juego de tiros en lugar de disfrutar una película.
La ópera prima del director Ilya Naishuller por momentos trae al recuerdo la primera entrega de Crank, una producción que también estaba muy influenciada por los video juegos, y brindaba una propuesta grotesca y delirante.
La diferencia es que en este caso la trama es más aburrida y no hay un protagonista carismático que haga llevadero el film.
Henry, el personaje principal, es una especie de cyborg que únicamente se dedica a correr y matar gente y el director nunca llega a establecer una conexión emocional con su historia. Resulta un personaje insulso al que nos vemos obligados a seguir simplemente porque la cámara registra su punto de vista.
De todos modos, es justo destacar también que el director Naishuller llega a brindar algunos buenos momentos en materia de acción.
Sobresale especialmente una escena donde el protagonista escala un edificio que transmite con mucha precisión el vértigo que genera esa situación.
El resto de los tiroteos y las persecuciones la verdad que son de medio pelo y el recurso de la cámara subjetiva no enriquece para nada la narración de la trama.
Hardcore está plagada de acción pero es una película construida con escenas monótonas que sólo se limitan a brindar imágenes de violencia extrema. Después de 10 minutos de ver lo mismo el film se vuelve algo aburrido.
Afortunadamente a lo largo de la historia aparece el actor (y productor del film) Sharlto Copley (Distrito 9), quien tiene un personaje divertido en esta historia y brinda buenos momentos con un rol especial.
Reitero, Hardcore es un experimento curioso que se deja ver si te interesa el género pero la propuesta no va más allá de la anécdota de la cámara subjetiva.
No está mal, aunque en lo personal prefiero ver una película de acción de verdad.