La magia se acabó
La primera parte de la última entrega de la saga de Harry Potter, basada en el último libro de la escritora JK Rowling, es en su contexto una pieza fallida dentro del universo onírico que plantea la historia. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1) (Harry Potter and the Deathly Hallows, 2010) resulta agobiantemente insoportable ante una inconsistente estructura narrativa plagada de fallas y vericuetos que no hacen más que alargar, de manera innecesaria, un final anunciado.
La historia continúa y lo cierto es que Harry y sus amigos ya están bastantes crecidos y con las hormonas en ebullición. Como siempre deberán luchar contra los malos que cada vez vienen más malos. En el medio surgirán todos los tipos problemas que tienen los adolescentes de cualquier parte del mundo sin importar la magia. Amores, rechazos, besos y caricias, histeria y hasta una onírica escena de sexo tiñen a Harry Potter de algunos otras temáticas que sirven para entretener a aquellos niños que se iniciaron en el mundo “pottiearno” cuando recién comenzaban a dar sus pasos en la literatura universal y hoy son tan adolescentes como los propios Daniel Radcliffe o Emma Watson.
David Yates nos ofrece una versión bastante deslucida y con grandes baches narrativos. Queda claro que la necesidad de los productores de estirar el final para convertirlo en no una sino dos películas le jugó completamente en contra haciendo, que más allá de la fantasía que la historia propone, un producto final bastante desparejo, plagado de escenas recurrentes, diálogos banales y escenas injustificadas. Como ejemplo de esto vale citar la única escena y totalmente fuera de toda lógica en la que aparece Matthew Lewis. Recordemos que el actor que cobró cierto protagonismo en la versión antecesora y que interpreta a Neville Longbottom fue la figura elegida para la campaña promocional en países como Argentina y Chile cuando su aparición en esta película solo es de no más de cinco segundos.
El anteúltimo capitulo cinematográfico de Harry Potter se tiñe de un aire sexual implícito que, si bien no es mucho lo que se hace, los productores aprovecharon para explotar la juventud y la fama de Radcliffe, luego de su polémico desnudo en la obra teatral Equus, poniéndolo en cueros en más de una escena y hasta en un desnudo total –aunque fuera entre humo- junto a Emma Watson en una alucinatoria escena que nada tiene que ver con la realidad. Para que no queden dudas Harry Potter no tiene sexo con esa especie de confusa amiga - novia, sino que sólo pasa por la imaginación.
Visualmente override= es un film sugestivo, ya sea desde el efectismo estético como desde su construcción tempo-espacial. Yates nos conduce por los diferentes espacios y épocas históricas de una manera simple y sin demasiadas explicaciones, algo que el espectador agradece ya que artísticamente le brinda a la trama un dejo de belleza y narrativamente sirve para cubrir los baches que gracias a las elipsis pasan, en muchas ocasiones, bastantes desapercibidos.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1) es más de lo mismo pero peor. Una historia larga y aburrida que se podría haber contado en mucho menos tiempo y en una sola versión. Pero como a los productores sólo les importa recaudar y a los fans que la historia prosiga hasta la eternidad, la historia continuará. Así que esperamos no tener sorpresas y que por fin en julio de 2011 se dé por concluida una saga que con el tiempo fue siendo cada vez más peyorativa. Pero la verdad que eso a quién le importa si los fans de Harry Potter van a ir a verla igual.