TRAVESURA REALIZADA
Luego de ocho películas, diez años cinematográficos y siete libros, "Hary Potter" llega a su fin. Una saga que ha acompañado el crecimiento, no solo de los actores, sino de los espectadores y de los lectores que a fines de la década de los noventa descubrieron un nuevo universo mágico creado por J.K. Rowling, y que ahora finaliza su paso por la pantalla grande. Esta conclusión está, sin lugar a dudas, a la altura de la serie y es un digno final en donde la amistad, la acción, la muerte y la magia son protagonistas.
Harry, Ron y Hermione acaban de escapar de la Mansión Malfoy y, luego de enterrar el cuerpo sin vida de Dobby, deciden entrar a Gringotts, más especificamente a la bóveda de la familia Lestrange, para encontrar un nuevo Horrocrux que esconde otro fragmento del alma de Voldemort. La batalla final está muy cerca y tiene lugar donde todo comenzó, en Hogwarts.
La cinta da comienzo de la misma manera en la que "Parte 1" finalizó, con la imagen de Voldemort apoderándose de la Varita de Sauco y rápidamente mostrando un paneo por Hogwarts, exponiendo el accionar de Snape como nuevo director. Todo acompañado por una música muy tranquila, creando un aura de poder y maldad muy atrapante. Luego, se va sin perder el tiempo a los protagonistas y al final de su aventura.
La película tiene un ritmo muy veloz, situaciones complicadas y hasta necesariamente explicativas pasan muy rápido y se hacen, especialmente al principio, imposibles de poder disfrutar (Gringotts). Dicha velocidad, que no para durante todo el transcurso de la narración, al comienzo parece ser un problema, pero mientras los minutos van pasando y viendo el rumbo que la historia va tomando, se ve justificada, ya que se puso más atención en otras situaciones más interesantes que merecían su justificación.
Hay muchas cosas olvidadas, problemas paralelos que nunca aparecen y situaciones que quedan en la nada, si se tiene en cuenta el desarrollo del libro, pero en lineas generales esta es una acorde y fiel adaptación que posee la intensidad y el mismo mensaje escrito por J.K Rowling. El poder de la amistad y el avasallamiento de la muerte de los seres queridos están muy bien expuestos en esta película y sin duda alguna ese es un mérito que vale la pena reconocerle al guionista Steve Kloves, ya que, pese a los muchos cambios con respecto al material original, logró crear un relato redondo cinematrográficamente y con las idas y vueltas necesarias para atrapar al espectador que no leyó las novelas. Ahora bien, hay ciertos momentos que no fueron bien resueltos y que no poseen la intensidad que se merecían, principalmente en los desenlaces de algunos personajes secundarios, ya que la emoción está casi ausente y el golpe dramático dura apenas unos pocos segundos.
Una de las virtudes que tiene esta última parte es la calidad actoral de sus intérpretes. Aquí todos están bien, pero hay cuatro personas que verdaderamente hicieron un trabajo que sobresale del resto. Primero que nada, uno de los mejores personajes de toda la historia que aquí se luce desde la segunda toma hasta su final, es Alan Rickman, encarnando a Severus Snape. La fuerza que le otorgó a su rol en esta oportunidad fue alucinante, no solo en su esperado y muy bien resuelto final, sino en ese encuentro que tiene su personaje con Potter en Hogwarts. Excelente e inolvidable interpretación. Por otro lado, Maggie Smith, en el rol de Minerva McGonagall, quien comparte un momento espectacular con Alan y quien le aporta un poco de humor y de emoción a su personaje (hechizos de protección). También, Ralph Finnes, como el poderoso Lord Voldemort, quien logra mimetizar la agresividad y la maldad que lo caracteriza y llevarlas a sus movimientos físicos y a sus expresiones faciales. Muy buen trabajo. Y por último, dentro del trío protagonista, quien más se destaca y le brinda brillo a su interpretación es Emma Watson, sin duda alguna quien logró aprovechar con mayor entusiasmo las características de su personaje y darle realismo a Hermione. Los demás están correctos, en especial Daniel Radcliffe, Tom Felton (sin mucho protagonismo) y Rupert Grint. Una película con excelentes actuaciones secundarias.
Técnicamente este final también es excelente. Partiendo por los increíbles efectos especiales, que en muy pocas escenas cobran protagonismo y siempre acompañan muy bien el drama y la travesía de los protagonistas (ese travelling por Hogwarts mientras está siendo estacado por los mortífagos, gigantes y arañas es excelente); siguiendo por una edición muy bien resuelta y finalizando con la banda de sonido que le aporta emoción a los momentos indicados, movimiento a las escenas de acción y gracia a las situaciones de comedia. Un espectáculo audiovisual de calidad. El 3D está, no enriquece ni empeora la película, solo es una opción más a la hora de elegir qué formato ver, pero no le aporta demasiado a la intensidad del relato.
"Harry Potter & las Reliquias de la Muerte, Parte 2" es un muy buen final para la saga, con sorpresas para aquellos que no leyeron los libros y con la aparición de varios personajes pasados que traerá recuerdos a los entendidos. Con muchas diferencias con respecto a la novela y un ritmo muy veloz, que por momentos parece ir demasiado apurado impidiendo desarrollar con lucidez ciertas situaciones. Excelente técnicamente, con soberbias actuaciones por parte de Alan Rickman, Maggie Smith y Ralph Finnes, y con una emoción que hará erizar la piel y lagrimear los ojos. Con una toma final que, al igual que en el libro, te deja con ganas de comenzar todo devuelta. Imperdible.
UNA ESCENA A DESTACAR: enfrentamiento de Snape, Harry y McGonagall. El pensadero.