Llegó el final
Había llegado el Jueves tan esperado, un Jueves de jornadas escolares por lo que las salas seguramente pulularían de niños y adolescentes sin clases. Los horarios de funciones más tempranas sucumbieron a la presencia del herrero en mi casa- ¡Dios cómo no avisó con tiempo!. Finalmente llegaríamos para el horario de las 5 de la tarde si es que no nos importaba verla en 2D; en 2D había funciones cada una hora!. No nos importó. Claramente esta vez no nos agarrarían desprevenidos asique me hice de las reservas online y fue satisfactorio al llegar al hoyts, hacerles por primera vez pito catalán a todos los que esperaban en esa cola kilométrica para retirar nuestras entradas.
Ya desde que empezaran los títulos, ver la típica tipografía hizo que mi corazoncito se estrujara un poco. El mago y sus amigos se estaban despidiendo y no podría evitarse sentir un cierto tufillo a duelo.
El film arranca a los cachetazos, ya puestos a saber lo que se viene la historia esta vez no se planta con vueltas: el enfrentamiento es inevitable y Yates sabía que no podía vagar entre las incontables elipsis que se tranformaran en baches en la 6ta entrega (muchos no habíamos leído los libros y nos sentimos más que perdidos entonces) y las distracciones de los toques cómicos de otras entregas. No es que aquí falten algunas que otras escenas distendidas ni que me molestaran en las otras, simplemente aquí la cosa pasa por ver cómo terminará todo y a eso se ponen.
Con un criterio visual excepcional y una fotografía de lujo, el film ofrece un adrenalínico encuentro entre un bando y otro, asi como se cierran mejor ciertas cuestiones que habían quedado volando en sus predecesoras. Sin ser una de las mejores películas de la saga, ni una genialidad absoluta, se agradece que el final sea decente, aun cuando el epílogo suene un tanto incómodo para algunos de nosotros. Y cuando digo incómodo es para no tener que usar un adjetivo que sea evidentemente una sopa fría. Aun así, es un gran guiño (a mi humilde parecer) de estos 10 años de trayectoria mágica.
Si por un lado veremos cobrar importancia y carácter a personajes más que secundarios en anteriores entregas, como el heróico Neville, se echa un poco en falta el protagonismo de otros como el de Bellatrix cuyo final es rápido y escueto o el del propio Draco Malfoy. Sabor a poco pero no por ello decae la historia; al contrario, el ritmo se mantiene para llegar a un final de antología donde el duelo no deja para nada indiferente. Cumple y eso es suficiente.
Ahora quedará llorar por los rincones, obcecarse con alguna de otras tantas sagas que seguramente no faltarán o, aquellos que no lo hicimos, hacerse con la lectura para prorrogar la despedida. Mientras consolémosnos con una galería del film.