Basada en hechos reales, Desmond Doss es un ferviente cristiano adventista, que decide enlistarse en el ejército norteamericano en plena Segunda Guerra Mundial. Con un padre alcohólico y ex militar, el sueño de Desmond es ayudar y salvar vidas, no combatir, y es por eso que en las fuerzas armadas le hacen la vida imposible. Pese a todo Desmond termina como soldado, siendo enviado al conflicto armado en Okinawa. Doss deberá mostrarles a todos lo equivocados que estaban, y que pese a no tocar armas será clave en la batalla.
Luego de varios años (una década para ser exactos) nos llega el nuevo film dirigido por el siempre polémico Mel Gibson, alguien que a la hora de dirigir no se anda con sutilezas cuando debe mostrar imágenes crudas en la gran pantalla.
Y aclaramos esto porque Hasta El Último Hombre (Hacksaw Ridge en su nombre original) no es una película para gente con estómago débil. Ya se imaginarán las brutales imágenes que decidió filmar Mel Gibson para mostrar la fiereza y crudeza de cualquier conflicto bélico, y más si estamos desde el punto de vista de los norteamericanos.
También se dijo bastante sobre Hasta El Último Hombre, acusándola de ser una propaganda a la cristiandad, algo bastante ridículo ya que no estamos ante una ficción, sino ante un hecho real donde el protagonista del relato era un cristiano. Hay que saber diferenciar entre realidad y connotaciones por parte del director.
Pero si nos referimos al film propiamente dicho, estamos ante uno de los más sólidos en esta carrera a los Oscar. Ya hablamos de la buena dirección de Mel Gibson, pero también tenemos que hablar de la actuación de Andrew Garfield. El ex Spider Man da una actuación notable, tanto al mostrar la fragilidad de Desmond a la hora de poner siempre la otra mejilla, como la fortaleza anímica que tenía cuando empieza a salvar soldados de que sean masacrados por el ejército japonés.
Se puede criticar a este film de ser demasiado patriótico y pro Norteamérica. Algo que también suena irrisorio sabiendo que es la propia industria cinematográfica yanqui la que produce la película. y todos sabemos que nunca pondrán el foco de atención en contra de sus propios soldados.
Como suele pasar en todo film bélico y que termina siendo nominado en épocas de premios, la polémica está a la orden del día, y en muchos casos es el propio espectador quien termina dándole connotaciones que quizás ni los mismos realizadores pensaron en darle al relato a la hora de filmarlo.
Discusiones aparte, Hasta El Último Hombre es una buena película de guerra, que se preocupa más por mostrar el lado humano que en juzgar del porqué del conflicto en sí. Después, ya es cuestión de cada uno como juzgar lo visto.