Hasta los huesos es una mezcla de viajes por carretera y relatos de la vida cotidiana. Guadagnino hace un trabajo admirable con el flujo de la película que nunca se siente forzada. Tiene momentos sangrientos y gore, pero sin exagerar, donde se nota que es un elemento más y no termina opacando lo esencial: la realidad de la situación de Maren y Lee por fuera del canibalismo.