INVEROSÍMIL, PERO SOLEMNE
Hasta que me desates es una película que por alguna extraña razón intenta contarnos una fantasía que combina sadomasoquismo, eutanasia y necrofilia, en clave de thriller erótico. Una premisa interesante cuyo resultado final lamentablemente no está a la altura y una verdadera lástima, si tenemos en cuenta que quien está detrás de cámaras es Tamae Garateguy, directora de películas como Pompeya o Mujer lobo, y quien además ha codirigido junto a Santiago Giralt y a Camila Toker una buena comedia como UPA!, y una gran comedia como UPA! 2: el regreso.
Sin embargo Hasta que me desates falla básicamente por dos cosas: el tono dramático que elige Garateguy, o mejor, la falta de humor con la cual elige contarnos una anécdota que es, por lo menos, inverosímil; y por otro lado las actuaciones de los protagonistas. Salvaremos en este apartado a Paula Carruega, que hace lo que puede con ese ladrillo carente de expresividad que le tiran que se llama Rodrigo Guirao Díaz, cuya actuación es una mezcla de la dureza de Sebastián Estevanez con la capacidad de emocionar de Hayden Christensen. La otra protagonista es Martina Garello, que le imprime un registro muy intenso e incomprensible a su personaje.
Nos vamos a permitir especular que si la directora hubiera asumido que lo que nos quería contar era imposible, le hubiera salido una película más estimulante y hasta divertida, y no este yunque bolacero repleto de solemnidad que terminó filmando.