Acertado y ágil drama erótico
Cuando se filma el erotismo, se debe tener muchísimo cuidado de no caer en las redes de lo gratuito. En Hasta que me Desates, la realizadora (y, ya que estamos, su guionista) tiene la pericia y la sensibilidad de filmar el fuerte intercambio de emoción y vulnerabilidad que implica verdaderamente el acto sexual. Pericia que Tamae Garateguy y Miguel Forza de Paul sostienen en cada minuto.
Lazos Invisibles
Carla, una bailarina que atraviesa una tragedia personal la cual la dejó desfigurada, busca los servicios del Dr. Quintana, cirujano plástico, con la excusa de hacerse una cirugía reconstructiva. El verdadero motivo resultará ser otro, y la operación será el inicio de un juego erótico que llevará a ambos al límite.
El guión de Hasta que me Desates es uno ágil, sin vueltas y al punto. Las escenas de sexo y sadomasoquismo no son para nada gratuitas, sino manifestaciones de los deseos y las faltas emocionales que carcomen por dentro a sus personajes. Manifestaciones que conforme pasa el metraje aumentan su intensidad, sin llegar jamás siquiera a tocar el límite de la exageración. Estamos hablando de un pulso narrativo que sabe cuándo poner primera y cuándo cuarta.
En materia visual, la película tiene una prolija fotografía, la cual está al servicio de una dirección de arte de gran cuidado y detalle. La uniformidad de los colores y lo que transmiten son cruciales para crear el ambiente subido de temperatura que se presenta, incluso en ambientes muy poco prestados para lo erótico como el consultorio de un médico. Todo un acierto de Garateguy y su equipo.
Martina Garello se devora la película con un personaje de una enorme complejidad. Un ser tan frágil y autodestructivo como lo es fogoso. Garello actúa con todo el rostro y todo el cuerpo; una entrega total que conmueve al espectador. Por otro lado, Rodrigo Guirao Díaz realiza una buena performance que, de seguir apostando y empeñándose a mejorar, lo pueden llevar bastante lejos.