Felicidad desde un solo punto de vista
Héctor, en busca de la felicidad (Hector and the search of the happines, 2014) es una película que basa su discurso en un único punto de vista: el del europeo occidental de clase media. Desde ahí el film construye visiones y estereotipos del resto del mundo, haciendo un exótico cuadro de los países emergentes. El protagonista Simon Pegg salva la película, al portar un rostro ideal para la fábula.
Héctor (Simon Pegg) tiene una monótona vida entre su profesión de psicólogo y su esquemática rutina hogareña. Esta casado con Clara (Rosamund Pike), con quien mantiene una metódica y previsible relación. Hastiado de la misma y en crisis de mediana edad, decide realizar un viaje por el mundo –de esos que se hacen para reencontrarse con uno mismo- sin fecha de regreso y con la excusa de encontrar información para un libro sobre la felicidad.
Héctor pasa por China (tan de moda cinematográficamente por estos días, con el fin de vender la ancestral tierra al turismo y penetrar en los mercados asiáticos), y África, aquel territorio olvidado para los cánones de progreso del primer mundo, donde pasan cosas terribles producto de la miseria y, por ejemplo, las colonias europeas parecen no haber tenido nada que ver.
Basada en la novela homónima del psiquiatra y autor François Lelord, Héctor, en busca de la felicidad es, como su titulo de manual de autoayuda lo sugiere, una fabula. Un cuento fantástico con moraleja dirigido al público occidental de clase media. Aquel agobiado por el sistema pero que debe sacar una sonrisa y seguir adelante con su triste vida. Y Simon Pegg es ideal para ese rol. Su rostro nostálgico y vulnerable parece caerle como anillo al dedo al personaje que anda por Asia enamorándose de prostitutas o de manera ilusa es secuestrado en tierras africanas.
El hombre de buen corazón viaja a Los Ángeles, Estados Unidos, donde su juventud libertina lo encontró poco preparado y dejó algunos temas sin resolver. El cierre del recorrido implica –siempre- un aprendizaje para el personaje y deja una enseñanza en el espectador. ¿Cuál? Mejor mirar con otros ojos aquello que tenemos, porque en el resto del mundo aún no civilizado, es mucho peor.