Hector es un psiquiatra con una vida perfecta: un buen trabajo, una hermosa casa, una novia que lo quiere y se desvive por él. Pero cuando Hector se da cuenta de que no puede prestarle la debida atención a sus pacientes comienza a preguntarse ¿qué es la facilidad? Así es como emprende su propia vuelta al mundo para descubrirse a sí mismo y encontrar el secreto de la felicidad.
De ahora en más viviré viajando
Con un inicio a lo Snoopy de Charlie Brown delirando ser el barón rojo, amalgamado con Las Aventuras de Tintín conocemos a Hector y su mundo (casi) perfecto. Porque, seamos sinceros, a pesar de que el bueno de nuestro protagonista tiene una vida rutinaria, ¿quién no quisiera tener una esposa como Rosamund Pike para que te atienda todos los días?
La película nos recuerda demasiado a una propuesta que estuvo en los cines hace poco tiempo. Exacto, estamos hablando de La Increíble Vida de Walter Mitty. Ambas producciones ofrecen una temática similar aunque los protagonistas realizan su travesía por diferentes motivos: Hector viaja para encontrar el significado de la felicidad, mientras que Walter Mitty lo hace por una fotografía que nunca llegó a destino.
Ambas cintas comparten un elemento un común que destaca absolutamente sobre cualquier otro apartado de la película: los paisajes que recorren los protagonistas. La fotografía en esta propuesta en particular es magistral y los escenarios se destacan por su imponente belleza. África y China son retratadas de gran forma, acompañadas por gran apartado sonoro.
Simon Pegg está genial en su interpretación de Hector, veremos al actor pasar por un crisol de reacciones: desde reír, pasando a ser un inocentón con su cuadernito escribiendo en un boliche en China, hasta sufriendo y llorando por las vicisitudes que pasa durante su travesía alrededor del mundo. Rosamund Pike también está bastante bien en su papel, aunque no la veremos en pantalla el tiempo que en verdad se merece.
La película está basada en una novela del mismo nombre que la película del escritor François Lelord, y un buen elemento con el que cuenta la cinta son las frases que va anotando el protagonista en su cuaderno, seguramente no sean el descubrimiento que de origen a nada, pero ciertamente son frases interesantes.
Si bien esta propuesta tiene varias bondades, nada se puede hacer cuando el guion no es de lo mejor. La cinta intenta mutar de comedia a drama, pero con un resultado no tan agradable. Y es que la película pierde el rumbo en el tercer acto, en gran medida por culpa del director quien no supo cómo manejar los momentos más emotivos de la cinta. Es entonces cuando el film se vuelve demasiado pretensioso, aburrido y hace que empecemos a mirar el reloj para ver cuanto falta para que termine.
Conclusión
Hector en Busca de la Felicidad no es una mala película, cuenta con buenas actuaciones, una gran fotografía, una música hermosa y una historia interesante. Pero el guion con el que contó Peter Chelsom, el director de la cinta, y el rumbo que toma la historia hacia el final del film hace que decaiga muchísimo y nos termine dejando con un sabor amargo. Lástima.