No hay que buscar mucho mas allá del título de Hector and the Search for Happiness para saber que estamos frente a una feel good movie de esas que incluyen un viaje introspectivo para el protagonista, uno con itinerario incluido, y si es alrededor del mundo, mejor. Casi a la manera de Eat, Pray, Love pero con una figura masculina al frente y un tono bastante menos rosado y meloso, el film de Peter Chelsom (Serendipity, Shall We Dance?) propone un camino bastante transitado por los dramas de autodescubrimiento. La ruta la conocemos con anterioridad, sabemos el principio del viaje, los nudos básicamente son los mismos y el final tampoco es que lo deja a uno boquiabierto por su inventiva, pero Hector... tiene suficiente carisma y alma como para dejarse disfrutar a pleno.
El comediante Simon Pegg encarna al psicólogo del título, quien tiene una vida rutinaria con su igualmente rutinaria novia Clara -la despampanante y fresca Rosamund Pike- y arrastra un trauma de su niñez que le impide ser completamente feliz. Empujando a la rutina bajo el proverbial autobús, Hector se propone entonces un viaje por el mundo que lo ayude a descifrar cuál es el misterio de la felicidad. Para disfrutar por completo de la propuesta de Chelsom y compañía es imprescindible tener una buena predisposición y evitar mirarle los defectos de la película, que los tiene y a raudales. Es imposible no verse aplastado por el almíbar que destila el viaje de Hector por Asia, África y su última parada en Estados Unidos, así como también gran parte del guión ayuda al sentimiento lacrimógeno con diálogos y carteles animados que indican los diferentes estadíos para encontrar la felicidad.
Un hombre rico, un grupo de mujeres pobres, un traficante de drogas, una mujer moribunda, un médico sin fronteras, todos tienen diferentes perspectivas de lo que significa ser feliz y cada fragmento de su viaje se acopla al del protagonista, que en la piel de Pegg destaca muchísimo. El inglés tiene a su favor un papel que transita entre la comedia y el drama a pleno, llevándolo a lugares donde su carrera nunca lo ha llevado, y el resultado es muy satisfactorio. En donde otros comediantes han fallado en hacer la transición, Pegg la salta como un pequeño charco en el suelo, ayudado además por un destacamento de grandes figuras en roles secundarios, como Stellan Skarsgård, Jean Reno o el incombustible Christopher Plummer, mientras que Pike es la contraparte femenina y Toni Collette se tiene reservado un papelito saliente como el amor perdido de Hector.
Hector and the Search for Happiness tiene pasajes entretenidos y es agradable a la vista, mezcla drama y comedia con resultados agridulces y, en definitiva, resulta casi efímera y superficial si se la piensa mucho, pero completamente disfrutable si se está de buen ánimo para sonreír.