Es una opera prima del tunecino Mohamed Ben Attia, producido por los hermanos Dardene, revelación del Festival de Berlín 2016. Y cuenta la historia individual de un joven de 25 años, que se debate entre la libertad de tomar sus propias decisiones y liberarse para disfrutar de sus deseos o someterse a las rígidas convenciones del pasado.
El director lo estructura como un reflejo de lo que ocurrió en Túnez, que en el 2010 vivió la llamada “revolución de los jazmines” luego de muchos años de gobiernos autoritarios, en un cambio de caminos todavía inciertos. Sin perder nunca la frescura, sin que las interpretaciones políticas interfieran en sus sentimientos verdaderos, Hedi el protagonista comienza un cambio inesperado en su vida. A punto de casarse con una novia elegida por su madre, que decide todo en su vida, la casa, el trabajo, lo que debe hacer y vivir, una casualidad de su empleo lo lleva a una ciudad costera donde conocerá a una mujer distinta y libre que despierta su pasión y su necesidad de autonomía. Que alcanza para olvidarse de la familia, los compromisos y un jefe perseguidor. Y ese tiempo de rebeldía del protagonista, que tiene un final abierto es un logro del director, de sus muy buenos actores.