Descubrirse en los antepasados
Con guión y dirección de Milka Lopez, Helena (2014) retrata la historia de una joven que, tras la muerte de su abuelo, inicia un camino en el que se revelan secretos familiares. Simple y llevadera, la película logra mantener atento al espectador.
Al principio se sabe poco de la protagonista: Helena (Camila Garofalo) toca el piano, perdió a sus padres cuando tenía 9 años, y después de que su abuelo fallece (interpretado en su juventud por Ivo Cutzarida) decide mudarse a la casa que él tenía en las afueras de la ciudad. Pero con el correr de los minutos, surgirán hilos conductores que entretejerán un pasado que ella desconoce y que irá descubriendo junto con el público.
La tranquilidad de la vieja casona ubicada a orillas del río se modifica con la aparición de Magdalena (Camila Perissé), una vecina que conoce más al abuelo de la joven que la propia nieta. Y también alterará un poco la calma la visita del mejor amigo de Helena, quien acude acompañado de un escritor extranjero. Los tres personajes desestabilizan su solitaria vida, y hacen que se replanteé aspectos sentimentales y profesionales.
Las preguntas acerca del pasado comienzan a surgir cuando la protagonista encuentra diarios y álbumes de fotos familiares. Allí, conoce un tratado para la enseñanza del piano que se convierte en una pieza fundamental que le permite explorar en profundidad su relación con la música.
En todo momento Helena intenta saber si su abuelo le escondía algo. Y en esa indagación se centra la película. Buenas escenas desarrolladas en el escenario natural acompañan un argumento que capta la atención del espectador, pero que falla un poco porque se espera más de lo que finalmente resulta.
El film de Milka Lopez muestra una historia creíble de principio a fin. Todo lo que se ve en la pantalla puede suceder: desde el misterio familiar hasta la búsqueda que permite la realización personal. Y además, resalta la importancia de los ancestros y la forma en la que marcan a las generaciones futuras.