Muchos interrogantes se generan a partir de ver esta producción audiovisual, la primera es preguntarse ¿qué quisieron hacer? Como esto no tiene respuesta válida surge la inevitable ¿para qué la hicieron? En este caso la respuesta se podrá encontrar en la taquilla y en la posibilidad abierta de una segunda parte, siempre y cuando la respuesta de las boleterías sea positiva. Aunque lo dudo.
Tratando de enrolarse en la temática del terror, todo termina siendo un catálogo de lugares comunes de los peores lugares comunes del género.
Una más, el filme comienza con tres jóvenes deambulando por unos pasadizos armados en la feria del terror, algo así como “El tren fantasma”, pero caminando una de ellas se aísla, se pierde, y termina siendo la primera víctima en el “filme” del asesino serial, ese que sabemos las estuvo siguiendo toda la noche.
Corte. Años después en otra localidad otro grupo de jóvenes, tres parejas, dos constituidas. van a pasar la noche a una feria idéntica a la de la primera secuencia, esto es todo dialogado hasta el punto de repetir oralmente lo que el espectador acaba de ver.
Que la chica sola decida ir porque va el chico que le gusta, y además sea la protagonista, el chico que está solo tiene idénticas razones invertidas, nunca se había presentado semejante idea.
Todo es demasiado previsible en el desarrollo del filme, se presenta algún momento de genuino terror, pero todo se basa en exabruptos sonoros que intentan sobresaltar al espectador, lo que logra pues desde el diseño de la banda de sonido la música es omnipresente tratando de crear climas, funciona como una especie de sordina sobre el ruido producido, lo cual da cuenta de lo rudimentario del montaje sonoro.
Lo mismo sucede con la dirección de arte haciendo foco en la luz y el color, estos están trabajados en función de no ver demasiado, nunca empleado de manera narrativa, o si ya se ve que sea simplemente de mal gusto y por momentos incongruentes.
Como ejemplo, todo transcurre en una feria donde lo real desaparece, los utensilios son falsos y la propia escenografía está puesta a recrear un espacio que genere pánico, en una misma secuencia el malo, con mascara y todo, toma un hacha de una maqueta de cartón, pero el arma es real, segundos después la heroína o la victima principal, en el mismo espacio físico, tratando de hacerse de un elemento para defenderse dice que todo es falso.
El guión en tanto diálogos, es así, ayuda nada, nunca a de esperarse en este tipo de cintas nada del orden de la inteligencia, pero tampoco tan burdo u obvio, como dicen los jóvenes de hoy en día.
Si a todo esto le agregamos las demasiado poco convincentes de las actuaciones, entonces tenemos cartón lleno.
Sólo resta ir viendo cómo se van sucediendo temporalmente, en cuanto desarrollo, las muertes, se podrían hacer apuestas para que, aunque mas no sea, una sensación de suspenso se haga presente.
Volviendo a las preguntas ¿Por qué razón los malos de éste tipo de películas nunca corren?, Caminan despacio, y siempre alcanzan a sus víctimas que se la pasan corriendo.
¿Por qué los acechados siempre se dirigen hacia la fuente de sonido que les produjo el sobresalto, miedo, etc.?
De algunas de estas dudas pueden encontrarse respuesta, de ¿por qué alguien recomendaría ir a ver esta película?, es todo un misterio