La entrada es gratis, la muerte también.
Hell Fest, Juegos diabólicos del director Gregory Plotkin, responsable anteriormente de Paranormal Activity; dimensión fantasma, es un nuevo slasher. Es una película convencional que lamentablemente no supo aprovechar todos los condimentos del cine del terror para romper con las estructuras conocidas del género.
El argumento sigue sus cánones, Natalie va a visitar a su amiga Brooke a su ciudad, junto a un grupo de amigos asisten a una fiesta de Halloween con pases VIP llamada Hell Fest; previo a la visita el espectador observa un asesinato en una fiesta en Orange Grove unos años antes; redundante o no, uno de los personajes secundarios recuerda el acontecimiento del pasado y advierte a la protagonista antes de ingresar a la fiesta.
En Hell Fest, un asesino enmascarado logra infiltrarse entre los trabajadores para satisfacer su pulsión de matar constantemente, oportuna en un ámbito idóneo donde abundan máscaras entre los invitados para pasar desapercibidos hasta que irrumpan los gritos, la sangre y el terror.
Respecto al guión de Blair Butler y Seth M. Sherwood resulta un tanto confuso no tener certeza de la verdadera motivación del asesino para cometer esas atrocidades, así como la elección de las víctimas. Cabe destacar el magnífico decorado que durante una hora y media, (menos mal que no les llevó más tiempo) nos sube a un tren fantasma lleno de simbologías y elementos propios del terror, monstruos, ojos gigantes, carnicerías, etc. Y una iluminación de neón que juega constantemente con el contraste.
Hell Fest, juegos diabólicos, a pesar de su falta de originalidad es un film que va a lograr entretener al público.