Gran parte de su desarrollo es en un parque de diversiones dedicado al terror, de ahí el título de la película. En un paseo por distintos laberintos y casas del terror, un grupo de jóvenes que solo buscan diversión, son perseguidos por un asesino enmascarado (al estilo Michael Myers de Halloween) que va tomando sus víctimas en este lugar y los visitantes creen que es parte del show.
Se irán descubriendo ciertos enigmas dado que todo se encuentra referenciado bajo una idea simple, poco original, predecible y algo repetitiva, las actuaciones resultan correctas, por momentos mantiene cierta angustia y dramatismo, todo acompañado por una buena fotografía (José David Montero), es visualmente atractiva, técnicamente resulta interesante y entretenida para los fanáticos del género.