Como una excursión al quehacer de la preservación botánica y fílmica, “Herbaria” explora en sus procesos invisibles las derivaciones artísticas y políticas que las conectan.
El filme teje una relación casi simbiótica entre el universo botánico y el fílmico. Como si no hubiera discontinuidad entre uno y otro y lo compartieran todo: la delicadeza de su arte manual, la resistencia de su método frente al paso del tiempo, el poder de la imagen por encima del poder del olvido.
El futuro de la humanidad descansa en estas personas que tratan de conservar la belleza y la memoria de un mundo que se obstina en desaparecer.