La redención de La Roca
En lo que va del año es la segunda película del hijo de Zeus que se estrena, luego de la paupérrima La leyenda de Hércules (The leyend of Hercules, 2014). De todos modos, mis temores cambiaron cuando vi el film, no sólo ofreció mejores efectos que su antecesora sino que también era mucha más dura y tenía mucha más relación con la mitología, donde los 12 trabajos juegan un rol importante.
No obstante, la historia del semidios colosal no está basada en la historia mitológica ni pretende ser una versión live action de la película de Disney, sino que la misma es una adaptación de un comic: Hercules The Thrancian wars, de Steve Moore. El comic relata cómo Hércules tras completar sus 12 trabajos entrenará a un grupo de mercenarios para enfrentarse al rey de Tracia, el film resulta ser bastante apegado a las viñetas aunque no como lo era 300. De todos modos, las batallas son mucho más reales y creíbles que su anterior film, mientras que la ambientación estuvo bien, pero aunque parezca mentira quien se destaca en todo el film es el irreconocible Dwayne Johnson alias The Rock.
El ex luchador no sólo le pone el cuerpo sino que también parece haber tomado clases de actuación y con este trabajo termina por borrar los bochornosos films que realizara en Disney y ni hablar de Hada por accidente (Tooth Fairy, 2010).
Parece que también el director Brett Ratner, quien últimamente no estaba brindando trabajos tan buenos desde la última Rush Hour, hizo una producción bastante aceptable donde todo indica que si le va bien a este film podría convertirse en una nueva franquicia.
El climax parece ser una de las especialidades de Ratner, recuerdo lo que hizo con X-men 3 (X-men: The last stand, 2006) donde la plagaba de acción y adrenalina. En Hércules, esa es la mejor escena, desde los planos hasta los diálogos y efectos especiales colmados de violencia. Ni Russel Crowe, Stallone o Shwarzenegger, aparentemente The Rock entrenó duro para estar a su altura en aquellos años que supieron conquistar al público.