Tras un contexto de pandemia que dejó pocos estrenos de cine con contenido, no es una sorpresa que la Academia de Hollywood se enamorara de esta propuesta que reúne todos los requisitos de manual para conseguir nominaciones al Oscar.
Algo que no desmerece en absoluto sus virtudes artísticas.
Historias de venganza con víctima de abusos sexuales abundan en el cine, a tal punto que conforman un subgénero independiente.
Desde las viejas películas de explotación de Abel Ferrrara (Ms. 45) o la franquicia I Spit in Your Grave hasta propuestas más modernas como Hard Candy y Elle, de Paul Verhoeven, el concepto se trabajó con diversos tonos narrativos.
Hermosa Venganza (traducciones raras si las hay) creo que sobresale especialmente por el realismo crudo con el que se aborda la temática y el modo en que retrata la coyuntura socio-cultural de la actualidad relacionada con la violencia de género.
La ópera prima de Emeral Fennell (conocida actriz de la serie The Crown) tiene una marcada militancia feminista pero nunca se termina por convertir en un burdo panfleto político de propaganda.
El film hace un gran trabajo a la hora de retratar toda la cultura nociva relacionada con la sexualidad e ideologías machistas establecidas desde hace décadas, que terminan por crear un sistema que ampara la impunidad de los agresores.
Fennell va al hueso en estas cuestiones a través de una obra que presenta una experiencia cinematográfica intensa, donde se combinan varios géneros a la vez. Por momentos juega con tintes del cine del thriller, pero también elabora un drama sobre la salud mental y añade situaciones de humor negro.
En consecuencia, la película despierta diversas emociones durante el desarrollo de la trama que van de la consternación hasta la incomodidad y la tristeza. Son esa clase de producciones que no dejan indiferente al público y despiertan su discusión a la salida del cine.
Sobre todo por su final que tiene un impacto emocional y un giro que probablemente no conformará a todo el mundo. Un detalle muy interesante para resaltar es la curiosa puesta en escena que escogió la directora, con una fotografía y ambientaciones centradas en los colores pasteles, que se contrastan con la oscuridad densa de la situaciones que se presentan.
En lo referido al reparto, Carey Mulligan sobresale con la interpretación de un rol complejo y difícil de abordar que con el transcurso de la historia revela diversas facetas de su personalidad.
Si hubiera que objetarle algo a este film es que la motivación que lleva a la protagonista a ser consumida por su sed de venganza no quedó muy bien definida dentro del relato. Extenderse en esta cuestión significaría entrar en un terreno de spoilers y tampoco es un gran problema.
Hermosa venganza es una buena película que merece su recomendación y deja con ganas de seguir en el futuro los próximos trabajos de esta nueva directora.