Promising Young Woman (Joven Prometedora), título original de Hermosa venganza, es un film que me gustó bastante cuando lo vi, pero que luego -con el pasar de los días- lo disfruté aún más.
Es una gran bocanada de aire fresco para el thriller mezclado con la comedia negra, dentro de un alegato social actual bien candente. Con manifiestos bien directos y con algunas sutilezas, la directora y guionista Emeral Fennell crea un relato bien contundente sobre hombres abusando sexualmente a mujeres y que la sociedad entera decide mirar para otro lado.
Mediante el grotesco y lo irreverente deja al descubierto (una vez más) esta calamidad, pero para todo el público. Para aquel que tal vez pasa de largo la noticia en la TV o en RRSS.
El ingenio para hacerlo es tal, que como espectador sentís la adrenalina, euforia y desazón de Cassandra.
Amén de la magistral interpretación de Carey Mulligan. Así es como se metió en la carrera de los Oscars con las nominaciones más importantes (película, dirección, guión, actriz y montaje) y da verdadero placer que la Academia “se la juegue” por algo distinto.
Otro aspecto fundamental para estacar es la fenomenal banda sonora. Sin dudas una de las mejores musicalizaciones de película de los últimos tiempos. No tengo recuerdo de otro uso tan original para el pop de las últimas dos décadas. Absolutamente brillante.
Lo único que tengo para objetar sobre este estreno es su previsibilidad y algunas arbitrariedades del guión. Solo por ello no es la película perfecta. Pero dentro de un gran aluvión de aciertos es solo un detalle. El resultado de este mix es que Hermosa Venganza se perfila como uno de los films del año.