Un amor sobrenatural contado como se debe
Al lado de todas las últimas películas de vampiros adolescentes que no muerden, y fantasías teenagers dispuestas como sagas, esta «Hermosas Criaturas» es «Cumbres Borrascosas». Más allá de que la comparación no es muy feliz, sobre todo porque al lado del fenómeno de «Crepúsculo» cualquier producto sale bien parado, lo cierto es que este romance sobrenatural es original por donde se lo mire, y su resolución es tan brillante en lo narrativo como deslumbrante en lo visual.
Y en especial, algo que no es nada común, está excelentemente actuado, lo que no llamaría tanto la atención en una película donde actúan pesos pesados como Jeremy Irons y Emma Thompson, pero que sí sorprende por tener por protagonista a una chica prácticaemnte desconocida. Esta pequeña bruja, Alice Englert (hija de la directora Jane Campion) es todo un descubrimiento y es una de las principales razones por las que esta película funciona tan bien.
Basada en un libro de Kami Garcia y Margaret Stohl, el argumento tiene de todo, incluyendo extraños conflictos familiares, profecías fatídicas imposibles de quebrar, momentos auténticamente terroríficos, sentido del humor y, sobre todo, una historia de amor profunda y emocionante.
La acción transcurre en un pueblo sureño dominado por los fanáticos religiosos siempre preocupados por tratar de prohibir libros en las lecturas escolares, donde hasta «Matar un Ruiseñor» sigue sin estar aprobado del todo como material de estudios. En ese contexto, un chico dedicado a leer «Matadero 5» de Kurt Vonnegut sueña durante meses con una mujer misteriosa a la que quiere besar en medio de truenos y centellas, aun sabiendo que cuando la besa, muere. Y la chica finamente aparece en el pueblo, es la sobrina del misterioso descendiente de los fundadores del lugar, que vive recluido en su mansión, y al que nadie quiere, por sus supuestos tratos con poderes demoníacos. La chica tampoco es muy querida, e incluso es discriminada por ser miembro de esa familia poco cristiana, pero al chico no le importa mucho porque le hace conocer un escritor nuevo y probablemente prohibidísimo, Charles Bukowski. Además de sus audaces elecciones literarias, la chica realmente tiene poderes sobrenaturales, que aún no sabe utilizar del todo bien, pero que aparentemente son más fuertes que el de sus propios familiares.
El asunto es que la chica está próxima a cumplir 16 años, y en ese momento, sin que ella tenga poder de elección, será reclamada por el lado oscuro o por el lado luminoso. Y en ese contexto, el descubrimiento del amor con un tipo común y corriente puede desatar el infierno, algo que ya ocurrió.
La trama se va desatando de a poco, y está tan inteligentemente armada como para que el espectador tenga que ir descubriendo paso a paso, a medida que el director Richard LaGravenese le vaya queriendo mostrar, los detalles más ricos y originales, que incluyen varias escenas fantásticas de antología, así como perturbadoras alucinaciones y rituales paganos plasmados con descripciones realmente verosímiles.
Hay imágenes de un vuelo imaginativo y de una solidez técnica notable a lo largo de todo el film, gentileza de la colaboración entre el realizador y uno de los directores de fotografía mas talentosos de las últimas décadas, Philippe Rousselot, responsable de la imagen de films de arte como «Therese», y de obras maestras tan masivas como «Charly y la fábrica de chocolate» de Tim Burton.
Las actuaciones de todo el elenco son parte importante de esta historia de amor. Y aparte del trabajo memorable de Alice Englert, hay que avisarle a los fans de Jeremy Irons que por ningún motivo se vayan a perder el film. Irons brilla como nunca en el papel del tío hechicero, y desde la primera y formidable escena en que aparece, casi le roba la película a la bruja de su sobrina.