Brujerías inocuas para adolescentes
En Hollywood se desesperan por encontrarle reemplazo a las sagas literarias que se han adaptado al cine con cierto suceso comercial (el artístico nunca parece ser prioritario). Para tomar la posta de Crepúsculo, una berretada que en un par de años ni la adolescente más fanática recordará sin sentir un poquito de culpa, la productora Alcon Entertainment ha adquirido los derechos de la denominada The Caster Chronicles que consta de cuatro libros: Beautiful Creatures, Beautiful Darkness, Beautiful Chaos y Beautiful Redemption. En principio las novelas de Kami Garcia y Margaret Stohl presentan algunos puntos en común con Crepúsculo: una parejita central de aspecto juvenil que debe superar un montón de obstáculos para estar juntos; el concepto tradicional de pueblo chico, infierno grande; dos o más grupos antagónicos que llevan adelante la historia y hasta ahora no muchas más coincidencias. Porque Hermosas Criaturas, la primera novela, adopta una temática diferente a Crepúsculo: la brujería. Lo importante es observar cómo se desarrolla la misma y qué novedades nos tienen reservadas las autoras. No habiendo leído los libros sólo me queda expresar mis sensaciones con respecto al filme que cuenta con un director sólido y un guionista fantástico: ambas funciones a cargo de Richard LaGravenese (Pescador de Ilusiones, La Princesita, Los Puentes de Madison). Si este hombre se hubiese hecho cargo de algún título de la saga Crepúsculo… bah, no exageremos, ni un mago hubiese logrado el milagro de hacer una buena película con la soporífera obra de Stephenie Meyer. Después de todo Bill Condon, responsable de las penosas dos últimas partes de Twilight, también era un reputado guionista y correcto realizador y demás está decir que fracasó en el intento…
Para ser absolutamente sincero Hermosas Criaturas no deslumbra ni es un producto memorable por motivos que ya voy a enumerar. Lo que sí tiene para ofrecer es talento y profesionalismo en la figura clave del adaptador, el mencionado LaGravenese, que sabe escribir diálogos con ingenio, frescura e inteligencia. Si algo no le falta a su trabajo es buen gusto y sentido del humor. Además hay otro acierto esencial para que nos creamos cuanto acontece en la pantalla: dos actores protagónicos que estén a la altura de lo que se espera de ellos. A diferencia de los anodinos Robert Pattinson y Kristen Stewart, la dupla compuesta por Alden Ehrenreich (que estuvo en la Argentina hace unos años filmando Tetro a las órdenes de Francis Coppola) y la neozelandesa Alice Englert (hija de la cineasta Jane Campion, la de La Lección de Piano) quizás no provoquen un revuelo hormonal entre el público teen pero aportan una química excelente e indudables condiciones actorales. En rigor ella pasa por quinceañera a duras penas (alcanzó los 18 el pasado año) y él, con 23 años cumplidos, definitivamente no lo parece. No obstante, la magia del cine permite que estos detalles ocupen un segundo plano a medida que nos vamos introduciendo en el relato. El reparto que se seleccionó para rodearlos tampoco es para despreciar: Jeremy Irons, Viola Davis, Margo Martindale, Emma Thompson y la sensual Emmy Rossum llevan a cabo sus roles con suma facilidad concediéndole a la producción una pátina de bienvenido prestigio actoral.
El problema con esta primera entrega que firma LaGravenese hay que buscarlo por lo minimalista que resulta el guión. Sin haber leído la novela no puedo adjudicarle toda la culpa al director de Posdata, te amo pero está claro que el desarrollo de los personajes absorbe unos cuantos de los 124 minutos que dura el filme. Muy poco sucede que no pueda ser narrado inclusive en un episodio televisivo estándar. Afortunadamente tanto el personaje de Ethan Wate como el de su media naranja Lena Duchannes están maravillosamente escritos y aún mejor actuados lo cual compensa las limitaciones de la línea argumental. Que no es mala, insisto, sólo insuficiente para llenar más de dos horas de película. Un aspecto complementario que les da material para trabajar a los intérpretes es la ambientación sureña: la acción transcurre en Gatlin, un pueblito ficticio situado en el estado de Carolina del Sur, de activa participación en la Guerra de Secesión. Esta particularidad es de vital trascendencia histórica para sus habitantes que la celebran todos los años con una recreación bélica que enfrenta a las dos facciones que desangraron al país entre 1861 y 1865.
De la trama se puede anticipar que gira en torno a la llegada a Gatlin de la joven Lena (Alice Englert), oveja descarriada de una familia tradicional del lugar entre cuyos fundadores se encuentra su abuelo. Habiendo sido expulsada de varias instituciones educativas la adolescente causa revuelo al ingresar al aula del colegio del pueblo donde conoce a Ethan (Alden Ehrenreich), un muchacho con inquietudes que sueña con marcharse a una ciudad grande ni bien se reciba. Jeremy Irons es Macon Ravenwood, el desamorado tío y tutor de Lena. El apellido Ravenwood es mala palabra para los pobladores de Gatlin: todo el mundo sabe que en esa familia la brujería es algo perfectamente normal… y temible al mismo tiempo. En verdad, como se encarga de aclarar la maléficamente bella Ridley Ravenwood (Emmy Rossum), el asunto es que al cumplir los 16 años cada integrante de la familia debe enrolarse para las fuerzas del Bien o del Mal. Los hombres pueden elegir a voluntad un bando pero las mujeres dependen de su naturaleza. Y Lena, que está cerca de ese fatídico día, desconoce para qué lado de la balanza se inclinará. En este momento crucial de su vida se encuentra la chica cuando se cruza con Ethan. En un comienzo son todas burlas pero detrás de esa pose rebelde y obstinada hay una vulnerabilidad que sólo Ethan percibe. De aquí al amor sólo puede haber un paso… y un millón de motivos para abandonarlo. En base a esta relación que va creciendo con una fuerza tremenda Hermosas Criaturas encuentra el tono adecuado para enganchar al espectador. Más que el argumento lo que seducen son los personajes y las complicaciones que deben enfrentar para sostener el vínculo amoroso.
Cada uno evaluará si este esquema apenas salpimentado por unos pocos efectos especiales bien puestos alcanza para seguir de cerca una saga que inevitablemente deberá crecer y sofisticarse en los próximos capítulos. Como puntapié inicial no está nada mal…