A Richard LaGravanese lo conocemos más por sus guiones agridulces de Los puentes de Madison y El señor de los caballos que por su trabajo como realizador. Su característica central es la búsqueda de un equilibrio: no hay grandes villanos ni grandes héroes, sino que todo se mantiene en una especie de medio tono que reparte amabilidad a todos los personajes. Hermosas... es la historia de una joven bruja que llega a un asfixiante y ultra tradicionalista pueblo del Sur de los Estados Unidos y se enamora del “chico raro” y lector. Pero ella está a punto de cumplir 16 años, momento en el que sus poderes se volverán oscuros o luminosos. El problema central del film es que intenta mantener el tono de romance adolescente, de parodia -en cierto modo bastante evidente- de la saga Crepúsculo y de superioridad intelectual sin dejar de lado el espectáculo. Y el que mucho abarca, poco aprieta. Hay algunos aciertos -las escenas de Emma Thompson, por ejemplo- y un bello diseño de producción. Pero el romance -su emoción, más bien- se queda a mitad de camino.