Con el final de la saga Crepúsculo y el éxito de taquilla que fue la primera entrega de la trilogía de Los juegos del hambre, era sólo cuestión de tiempo que otros libros apuntados al público femenino adolescente llegaran a la pantalla grande.
Por suerte, el primero en la lista de los estudios de Hollywood resultó ser Hermosas criaturas, que puede compartir espectadores con sus antecesoras, pero poco tiene del tono meloso de la primera o el pesimismo de la segunda. Romántico sin ser empalagoso, el film tiene un conflicto central que, a pesar de poner en juego las fuerzas del bien y el mal en el mundo, también consigue retratar las vicisitudes del primer amor y las dificultades de la adolescencia con una frescura, humor y ciertos toques de realismo que sorprenden, especialmente porque en el núcleo del relato hay una dinastía de hechiceros afincados en el sur de los Estados Unidos, más precisamente en el somnoliento pueblo de Gatlin, escenario ideal del gótico sureño que aquí se vuelve sugerente atmósfera gracias al trabajo del director Richard LaGravenese y, especialmente, el director de fotografía, Philippe Rousselot (El gran pez), que lo aprovechan para contar la historia de amor entre Ethan (Alden Ehrenreich) y Lena (Alice Englert).
AMORES BRUJOS
El muchacho lee sin parar (de Matadero cinco de Kurt Vonnnegutt a Trópico de Cáncer de Henry Miller) mientras pena la muerte reciente de su mamá y sueña con salir de su pueblo natal, en el que nada sucede nunca. Hasta que llega ella, la sobrina huérfana de Macon Ravenwood (Jeremy Irons), el hombre más poderoso del lugar en más de un sentido. Acusados de brujería y tan temidos como criticados por los fanáticos religiosos del pueblo, los familiares de Lena tienen mucho que ocultar, y ella también.
Aunque no conviene revelar demasiado de la trama detrás de los secretos de la protagonista, el que conozca algo del género sabe que a pesar de los impedimentos del mundo de los humanos y el de los hechiceros el amor adolescente prevalecerá, al menos en principio. Pero Hermosas criaturas va algo más allá que el resto de las películas de su género, porque además de contar con un elenco secundario de lujo que incluye a Irons, una divertidamente desatada Emma Thompson y la siempre brillante Viola Davis, consigue presentar a un par de adolescentes interesantes, entretenidos y carismáticos más allá del derrotero de su romance a lo Romeo y Julieta con hechizos, confusas maldiciones y excéntricos familiares.