UN HEROÍSMO TAN POSIBLE COMO NECESARIO
Como toda buena película, lo de Héroe corriente parece sencillo pero no lo es. El documental de Migue Monforte, no sin cierto nivel de osadía aún en su mesura formal, se mete con el tema Malvinas y sin perder de vista el dolor que genera esa causa en la sociedad argentina, aproxima una mirada compleja y políticamente incorrecta. Porque un documental en el que un ex combatiente dice que las autoridades británicas lo atendieron mejor que las argentinas, no deja de ser tan interesante como doloroso de aprehender. Luego de su paso por festivales y por el circuito alternativo de estrenos, este film marplatense encuentra su lugar en la cartelera local y llega -afortunadamente- a estrenarse en salas comerciales de la ciudad.
Héroe corriente parte de una experiencia personal, la del ex combatiente Julio Aro y su movida para que se reconozcan a los soldados cuyos cuerpos permanecen enterrados en las islas como NN. Y a través de este recorrido, traza una aproximación crítica a ese vínculo contradictorio que tenemos los argentinos con la causa de los ex combatientes. La película está dividida en tres bloques bien precisos, el primero que pone en situación al espectador, un quiebre donde se convierte en una suerte de road movie con la visita al hogar de varios ex combatientes y una tercera parte en la que se mete con lo más político y burocrático, que es el intercambio con funcionarios de aquí y de allá. El trabajo de montaje de Monforte es muy bueno, porque hace recortes precisos en cada tema sin dejar ningún espacio por abordar pero a la vez siendo muy sintético. Y, además, le aporta a la película un ritmo que lo hace interesante de seguir.
Si bien la película tarda un poco en arrancar, tras una primera parte donde se hace un poco reiterativo el uso del busto parlamente, Héroe corriente se vuelve apasionante a partir que la cámara sale a la ruta y acompaña a Aro en un viaje por el interior del país. Lo que encuentra Monforte es a un personaje increíblemente cinematográfico, carismático, que le termina dando un sentido una coherencia al relato. Porque en el fondo Héroe corriente no deja de ser más que la historia Aro, la historia de un joven que tuvo que madurar en medio de una guerra, y que fue descubriendo progresivamente su misión sobre esta tierra. Pavada de cruz que carga el propio Aro, como un Cristo que lo es -en este caso y ante la falta de respuestas- por propia elección. Lejos del nacionalismo que invade a estas causas cuando se las piensa y se las debate, el documental de Monforte encuentra una suerte de heroísmo posible y muy necesario.